GUARRADA

guarrada. (De guarro1). 1. f. Porquería, suciedad, inmundicia. 2. f. Acción sucia e indecente. 3. f. coloq. Mala pasada. Real Academia Española

lunes, 29 de agosto de 2016

Miembro del Consejo Editorial y jefe de sección-Opinión en Las nueve musas. Hay Justicia



Lo que los demonios quitan, Dios lo compensa. 
Esta vez las perlas no van para los puercos que pueden revolverse e intentar destrozar, como decía Jesús denominando a la perfección a quienes obran tan guarramente por la vida.

 http://lasnuevemusas.com/pag/ignacio-fernandez-candela

El objetivo de este blog se ha cumplido hace tiempo-ahora escribo distendido, viendo a estos teatreros disimular las vergüenzas inmorales-, dejando en evidencia la hipocresía y la desvergüenza moral de estos guías de la falsedad que pretenden influir en la ética de un país prescindiendo de principios  elementales en lo profesional y personal. Anson cojea de honestidad, le bizquea la ética personal y profesional haciéndose acompañar por el cáncer de la falta de honradez de la comparsa de falsos que le doran la pildora.

 Obligado a cumplir con el deber de desenmascarar tamañas falsedades, este blog que creé en diciembre de 2015 está permanentemente asociado en los buscadores a El Imparcial.es. Existe un dilatado conocimiento del juego sucio de abuso y explotación que practican tan poco ejemplares elementos, flor y nata de la Comunicación, que explica el declive de los valores morales en España.

 Muy agradecido a D. José Rico, Editor-Director de Las nueve musas, quien me ha hecho constatar-una vez más en mi vida después de tan, digamos, azarosas vicisitudes-las palabras de Napoleon Hill: "toda adversidad conlleva la semilla de un mayor beneficio".

  Con este incentivo moral y profesional, como miembro del Consejo Editorial y jefe de sección-Opinión,  se me reafirma la constancia de los valores de la integridad frente a todas las adversidades; la perseverancia de los rectos empeños por seguir el dictado de la sana conciencia y el valor de la sencillez con la guía de la honra, por muchas desventajas que parezca conllevar enfrentarse a gentuza que prescinde de principios éticos para progresar.

Muchas gracias a D. José Rico. Cierto es que unos tanto y otros tan poco, él me ha brindado una confianza que desempeñaré con leal Gratitud.

D. José Rico nombra a Montesquieu quien decía: "Los más desgraciados no son los que sufren las injusticias sino quienes las cometen". Ciertamente, lo que menos me imaginaba era encontrar un desgraciado como Anson acompañado de no menos desgraciados y ruines capaces de robar y abusar sin menor atisbo de limpieza personal. Muy desgraciados han de ser para cometer semejantes guarradas.

Comentario de D. José Rico al enterarse de la execrable injusticia cometida por los responsables de El Imparcial.es:
Julio 2016.
No estaba al tanto de esta polémica hasta ahora que por mera casualidad he encontrado este blog. 

Digo esto porque demuestra la categoría de Ignacio al no haberme comentado esta injusticia cometida contra su persona y su calidad profesional. Tengo el placer y la suerte de contar con su colaboración desde hace unas semanas, en el semanario Las nueve musas que dirijo y solo tengo palabras de agradecimiento. 

Desde el primer día ha mandado sus artículos con puntualidad, con rigor y con la humildad de quien sabe que la última palabra siempre está por escribirse. Sus consejos, basados en su larga experiencia como profesional del periodismo, en este corto periodo de tiempo, han sido para mí de una utilidad impagable; su accesibilidad, cercanía, predisposición... hacen de Ignacio una pieza fundamental en mi humilde proyecto divulgativo.

 Amigo Ignacio, solo decirte recordando a Montesquieu: "Los más desgraciados no son los que sufren las injusticias sino quienes las cometen".


miércoles, 24 de agosto de 2016

Un Anson exagerado en emociones y premios


 http://www.elimparcial.es/noticia/168699/LA-ESCRITURA-NEGRA-DE-LOS-LIRIOS.html

  "Soleado de Baudelaire y Verlaine, de Salvago y José Hierro"...  Luis María Anson se nos emociona, pero no enternece. Más le valiera al sentidor fingido que se atribula estremecido, dice,  con la oda, ser honrado en parca prosa para recuperar credibilidad y no resultar bufonesco cuando dice admirar la magia de la inspiración. A este no le inspira nada que no sea su vanidosa complacencia egotista. Sin honestidad, burda queda la letra infinita ante la cercana vergüenza de los actos.



CARTA ABIERTA, MASTICADA, SOBRE ÉTICA A LUIS MARÍA ANSON.


 Hete aquí que el goloso Anson, atiborrado de trabajo ajeno sin pagar, robado como el mío, regurgitando sus hieles morales por el silencio desvergonzado de la parasitación que tan fresco le engalana a pesar de la guarrada, disimulado, se nos va a la estrofa estentórea con ditirámbica intención para entronizar la obra de Emilio Arnao; el "estrenao", reciente columnista de El Imparcial.es de la guasa dirigida por el no menos guasón, por aquello del histriónico circo con crecidos enanos, abusador sin ética y mal encarado, Joaquín Vila. 

http://guarradaelimparcial.blogspot.com.es/2016/01/respuestaborracho-de-joaquin-vila-y-mi.html 

  Lo que del propósito halagador del analfabeto de la conciencia que se desparrama traspuesto con la escritura de los lirios negros, cabe preguntarse: ¿qué es lo que ha puesto Arnao por detrás o por delante para agradar al regio académico que confundido con churras y meNinas


http://guarradaelimparcial.blogspot.com.es/2016/07/las-churras-y-meninas-del-cateto-anson.html

 , parece ser poseído de un despertar estrambótico-otros lo llaman literario- para admirarse del incesto, de la cópula de sexos en subyugante paridad, de la lascivia con frenesí sádico que tanto enternece un corazón hecho para toda sensibilidad menos para las emociones normalizadas? ¿Cuánto de normal hay en Anson que no finja?

  La fama ansoniana precede; se mide por la anchura de las babas desparramadas por los suelos, como recuerdo de empalagoso juez de los concursos de belleza. El andar menos elegante con el tiempo acumulado, convierte el otrora águila de pico afilado en pingüino de barriguita prominente al que se le bambolea el paso como también las ideas. De tanto ejercer como veleta se le ve el plumero en los últimos años en que ha de contentar a sus muchos señores que de favores le han sostenido y con premios favorecido, a decir de tantos. ¿Por la calidad de sus menesterosas y hacendosas virtudes personales? Si hubiese ética en la actitud me lo habría creído.

  Pero la vieja gloria aún se mantiene con el bastón de la farsa simulando que sabe de qué va la cuestión de la conciencia... aunque la lleve gastada. Anson supura excitación raída de sus frotadas manos, vestigios de la lascivia que conlleva la vida secreta en los despachos y las juergas acumuladas. Agita la convulsa libido con estremecimiento inspirado por unas letras tremendistas, tanto como  ¿la oscura historia de sus éxitos callados atesorando los premios acaso adelantado a su época, a la moral, a la conciencia, a la ética y a la competencia; colado de rondón en los despachos influyentes para aglutinar las glorias, ergo las recompensas de ser aventajado con la condición de callar, obedecer y servir? ¿Así parecer dueño de su destino que otros le fabricaron a escondidas como escondido sigue sin dar la cara cuando se le demanda conciencia? Poco creíble es Anson sin muestras de honestidad, de ética, de decencia personal y decoro profesional. Quien roba el trabajo ajeno dice mucho de su verdadera talla humana.

¿Preocupado sinceramente por la falta de moral en España, como estremecido de sensibles emociones, Anson?... no será para tanto.


¿Y los premios y distinciones tras los que se parapeta para justificar mermas morales y éticas?

http://www.elimparcial.es/noticia/167829/opinion/Algunos-premios-y-distinciones-a-Luis-Maria-Anson.html 

Anson, el "exagerao"... vanidad de vanidades y solo vanidad. (Sabio Cohelet).

lunes, 22 de agosto de 2016

A Luis María Anson la metáfora no se la pone dura



 La metáfora no le pone. La conciencia, digo; ni la ajena, ni la propia con su verbo fallido, flácido, facilón, ya embotado en la bragueta el bulto de un cerebro libidinoso venido a menos, con la hiel de la decrepitud en los exiguos labios e inspirado por el paroxismo de una inane vanidad; deforme, jorobado, monstruoso no se mira en soledad al espejo, temeroso de verse a sí mismo sin el  aplauso comprado. Le dicen farsante triunfal a base de ejercitar la adulación al poderoso y la puñalada trapera al descuidado. Sus miserables actitudes conmigo no le desmienten: lo significan más, imprudente confiado, en la miseria de sus sombrías destrezas y falseadas virtudes.


Da más pena que asco el académico sin solvencia moral que permite el abuso en el trabajo, acaso demostrando el poco valor que otorga él al suyo concebido desde la añagaza perpetua. ¡Ay, si hablaran los fantasmas del pasado que buscan en la justicia divina que se conozca al verdadero Anson en quien confiaron!

  Su castigo es la existencia finita, la efímera gloria de la estulticia y de la ética cómoda que convirtió en vitalicia hasta que le escupa la muerte. Porque en la ancianidad  huele a restos mortales que lo apean de las glorificaciones ególatras, Anson se merece a sí mismo con su conciencia sin  el espejismo de sus logros caducos y triunfos a conveniencia. 

http://guarradaelimparcial.blogspot.com.es/2016/02/extrano-sueno-anson-travestido-vila.html 

Cadáveres amontonados quedan como rastro de una ambición insana, preocupada por acumular honores y desperdiciar rectitud. Cadáver inequívoco en vida, su nicho está en el despacho de las pútridas cavilaciones donde sigue escribiendo con la credibilidad apestada. Muere cada día envuelto en la mortaja de la honra descompuesta. Le hiede la amoralidad y se le supura por la piel ajada la falsa disposición humanista. Atufa siendo un aprovechado que responde a las acusaciones de parasitismo, con su larga retahíla de premios conseguidos al precio de no pocas traiciones que algunos no olvidan. 


Patético embaucador que por toda respuesta a su hipócrita condición personal y profesional, expone algunas de sus distinciones y premios conseguidas durante los anales de un tiempo cuyas consecuencias estamos padeciendo, después de vivir en un espejismo de una democracia amañada. Buitres,  serpientes y escorpiones pulularon para dejar su ponzoña como legado a las generaciones venideras. ¿Estos son los premios de quien demuestra no ser honesto ni en el fondo ni en las formas que he denunciado? Basuras. Pena de necedad engalanada, marchita la condición personal, más le valiera al creso Epulón dar marcha atrás en las erráticas sendas de la escalada social que le dirigen al abismo de la ignorancia. Ambición obtusa de quien solo se ha preocupado de atesorar lo que nada se llevará al espacio de las penitencias que le reclaman.

 ¿Robar el trabajo ajeno sin inmutarse por la repugnante manifestación de insolvencia ética mostrada, propia de estafadores sin conciencia? No hay en España mayor ego en la decadencia de los valores humanos, ni peor honra mancillada en la crónica del Periodismo español. Por él mismo. ¿La desfachatez convertida en patente de corso y la grandilocuencia mostrada como instrumento para errar en lo moral? Falso y consentido, así se explica la trayectoria triunfal de las ruindades discretas y ladinas.

 Anson está tan sepultado con premios y agasajos que se olvidó de ser persona. Rodeado de matones ejerciendo cultura se convirtió en jefe de su cosa nuestra olvidando el respeto por la integridad. Aprovechado del trabajo ajeno, embutido en el traje que le estrangula cómicamente el cuello, extravió la elegancia de la simulación con la que ha trepado el reconocimiento social que desmerece.


"Todavía no me he recuperado del calambre que me ha sacudido al leer La escritura negra de los lirios. Hacía mucho, mucho tiempo, que no disfrutaba tanto con la lectura de un libro como este, látigo que sacude el cerebro y el sentimiento".

 Este erudito de las teatralidades  dice poseer sentimientos hasta el punto de estremecerse después de haber leído a un poeta. ¿Este que escribe en verso y en prosa sus indecorosas falsedades? Oír poesía en boca de un cantamañanas por mucho prestigio que sea acaparado-ya se sabe mejor con qué modus operandi inherente al arribismo-incapaz de apreciar la grandeza que conlleva la honestidad personal, es como esperar el do de pecho de un asno o la generosidad de un sátrapa dejando vivir a un pueblo.

 No, la metáfora no excita emociones ausentes. Al hiperbólico premiado no se la levanta ya ni una fémina arrimada ni el cine grotesco de la sexualidad pervertida de Almodóvar. La conciencia, digo, que se la trae floja. Su letra no tiene cojones, tampoco su alma. La valentía de la honradez se le ha derrotado con el paso del tiempo en que se ha desparramado de divagación y verbo insulso. Posee las mismas emociones espontáneas que las consecuencias de una lobotomía. 

  Hay que ser ridículo para defender la indignidad de sus actos con la retahíla de premios adquiridos en sospechosa podredumbre, evidenciado como ladrón de trabajo ajeno, hipócrita definido por sus actos y el pasar del tiempo que desenmascara sus honoríficas teatralidades como prohombre de unas conveniencias poco leales a la ética personal. ¿Dónde está la ética de Anson en esta guarrada que le califica por toda una vida?


  

Silencio.

Para más inri, cuando se nos pone halagador el silenciado caradura que mangó mi trabajo junto al deshonesto Vila y la comparsa de la Ortega-Marañón,  la repulsión se acrecienta. 

Fantasma, manifiéstate.