Hola Luis María, deseo disculparme por este tuteo que practico contigo después de que me trataras tan "cariñosamente"-con tanta falsedad, mirándote a los ojos lo hiciste tan bien que hasta me confié-, esperando a que yo bajara la cabeza en señal de pleitesía para que el infame Vila asestara tan guarramente el puyazo de la traición.
Me has tratado como a una cobaya y no has advertido que tengo garras de fiero león, cuando debo sacarlas. Me importa muy poco lo que piensen de mí los ignorantes porque conozco mis valores personales de altruismo, entrega y apoyo a mi prójimo manteniendo mi conciencia muy tranquila. Distingo bien a los corderos de los cabrones y en consecuencia soy como me tratan. Tú no supiste tratar con mi honestidad porque prescindiste de la tuya y ahora te encuentras con mi ser asqueado por vuestros comportamientos incivilizados. Ya ves cómo es este mundo de paradójico: siendo tú Premio Príncipe de Asturias de Humanidades, tan poca muestra de humanidad elemental.
Así no se hacen las cosas, pillín. Aprovecharse sin miramientos e intentar humillar y destrozar a una persona honrada. De verdad te lo digo, no se actúa de esta manera tan poco honesta sin que te des tú mismo una hostia en la cara.
Creo que la estás cagando, muchacho. Disculpa que te hable a la altura zafia de la guarrada que se ha provocado contra mí. No es nada personal porque antes me inspirabas un gran respeto que he perdido por la sencilla razón de que no creo que tus obras lo merezcan. Si bien con el empacho de vanidad que tienes, después de tantos atracones de soberbia durante toda una vida, todavía das el pego de la solemnidad, la cerdada que has permitido si es que no es inciativa tuya, me autoriza moralmente no ya a traerme al pairo el respeto-como has hecho con mi persona y mi trabajo-sino a darte una patada en el culo y, si te descuidas volviéndote durante el proceso, en todo el centro de tu académico órgano otrora reproductor.
Antes de que se escandalicen tus lame trajes y zapatos he de decirte que la dignidad es un valor que se demuestra con el ejemplo y conozco más honorabilidad en gentes que considerarías bajo pueblo que en la escasa muestra tuya al día de hoy con tu silencio; simulando que las mierdas estas no te tocan. Estás muy equivocado, porque andas incrementadamente rebozado y apestas si crees estar por encima del bien y del mal. Tu indiferencia ante mis demandas de respeto y trato humano, del pago justo también a noventa columnas posicionadas en primeros lugares de buscadores como Google, es inmundicia que ratifica el más bajo instinto oportunista y la abyección del parasitismo viviendo con presunción después de explotar el trabajo que no pagas.
¿Un vulgar aprovechado Anson? Magnífico colofón del ridículo para toda una existencia de cuento esplendoroso. A saber en qué suelos han pisado tus pies para no dejar todavía rastro pestilente que se va extendiendo, siendo ejecutor de estas guarradas de la explotación en una sociedad harta de ventajistas y arribistas, de caraduras sin alma. Lo que es seguro es que no flotas, por muy ingrávido que percibas tu pedestal endiosado, pero quizá tengas muchas lenguas que lamen las suelas para que no delate la huella que te conduciría a un desprestigio instantáneo. Los aprovechados de la sociedad suelen ser denostados y aborrecidos. Al final todo cae si se sedimenta sobre estiércol y no sobre el sólido cemento de la integridad personal.
Tú eres quien dice que los políticos asquean y te quedas tan pancho con lecciones de moralina que pocos creen. Acaso te conozcan de verdad muchos. Yo sí, por tu manera poco limpia de actuar. No será que con tu baldía palabra te libres de esta repugnancia que te profeso, a ti y a la comparsa de dignidades tan elegantes que te acompañan.
¡Ah, el ejemplo escaso que desdice tu académica perorata al aire libre de El Imparcial.es o a cubierto de las artimañas! Porque tu cochazo Infinity con chófer, el champán con el que brindas, el boato del lujo que reviste tu vida, ¿está todo sustentado en la hipocresía de no pagar tus deudas? Como los políticos que arruinan el país explotando a los ciudadanos hablas mucho y te callas otro tanto. Tibio como la falsedad.
A tu espalda no hay una sigla política tras la que engordar tu verbo ditirámbico. Desde siempre adulas al partido en el poder que te facilite las ganancias. Moroso moral sí que eres a mis ojos y a los de otros tantos que van sabiendo de la guarrada que me has hecho. Como la parábola del sembrador que paulatinamente se va extendiendo. Moroso moral sí me lo pareces, ignoro si social, pero es seguro que con tan viles aberraciones de explotación conmigo-igual hay muchos otros-no te saldrán las cuentas cuando tengas que darlas con tu cuerpo enterrado bajo tierra. Qué mal favor hace en vida la ciega conciencia.
Quien actúa como un farsante no deja de serlo aunque lo disimule. Tarde o temprano la cara queda al descubierto, sobre todo la dura. La guarrada que denuncio no forma parte de la frívola picaresca sino del extraño fondo demoniaco en que algunos bucean importándoles una mierda la decencia y la moralidad. Sin conciencia no hay oportunidad de enmendar, solo de cagarla más.
¿Estás seguro de obrar correctamente? ¿Puedes escribir tú sobre deshonras ajenas sin considerar las obras que te definen? Así no se hace muchacho, de mal en peor.
5 comentarios:
En verdad me admiro de esta pestilente actitud por parte de este "señor". Dándoselas de moral y de buen hacer y mira con lo que nos encontramos, valiente despojo de mentiras, mucho darte largas era de mal pensar. Así es cómo esta gente ve crecer su fama y aumentar su cuenta corriente. Vergüenza le debería de dar, es increíble que este "honorable señor" no de la cara, no pague como dijo y encima pase de todo como si de él no se tratara. Cómo bien dices, "Moroso moral" no solo para ti, lo es ya para muchos que después de ver como actúa, al menos yo, pienso que debería devolver ese "Premio príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades" y otros tantos que ha recibido, que por mi parte viendo como se comporta con personas como tú, ignorando sus propias palabras, no se merece tener ni presumir de ello.
Imposible vivir con la carga de hacer el mal y no remediarlo, inténtelo Sr
Anson y comprobará que pasa a mejor estado.
Lo ocurrido con Ignacio, es indignante, una buena reflexión por su parte al respecto, le haría sentirse mejor a usteď y sus premios le honrarían, parese a pensar
Oscura Forastera, la dureza de nuestras palabras no es inspiración gratuita sino que las provoca el ejemplo poco gratificante de un señor tan distinguido. Vanidad de vanidades y todo vanidad...
Ignoro cómo Anson ha permitido algo así. Pero no es algo que sea digno de su apariencia pública de honradez.
Me parece que aquí hay mucho animal, Ignacio. Descendencia de raposas, machos cabríos y algún avestruz. Ármate de paciencia, porque estás en la selva y sus inquilinos no entienden de justicia y humanidad, sólo buscan su propio alimento y triste supervivencia.
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