Dice Luis María Anson en un artículo intitulado "El fantasma de las terceras elecciones":
"El desprecio del pueblo español por su clase política alcanza niveles
alarmantes. Ya era grave la situación antes del 20-D. En los últimos
siete meses se ha acentuado hasta la náusea el asco de la sociedad
española ante el espectáculo de los personalismos, los partidismos, las
vanidades y la inoperancia de nuestra clase política".
Anson es el paradigma del falso solemne de la viga en el ojo quitando pajas en los de otros.
A ver, este Anson tan desorientado de la honestidad personal en asuntos propios... ¿asco por los personalismos, dice, las vanidades y la inoperancia; ética y moral como la suya? Repugnancia es lo que inspira su perorata que pretende ser edificante cuando él es un dinamitador de la moralidad, la integridad y la decencia profesional desde esa poltrona periodística tan desmerecida como carente de credibilidad. Quien roba el trabajo ajeno de modo rastrero se califica solo. ¿Por sus obras los conoceréis? Vaya si se les conoce.
La verdad es que viendo disimular a Anson la falta de honestidad en preclaros asuntos de ética personal y profesional, da un poco de asco esa pose de severidad hacia lo ajeno, moralizando a una sociedad donde sus actitudes de aprovechado laboral han sido, son y seguirán siendo lacras sociales en cualquier país del mundo.
Recordemos, una vez más, vocablos y acepciones-asacados para la ocasión- a propósito de todo esto:
-Gansón: alude a quien siendo personaje influyente, prescinde de la ética en el ejemplo aun presumiéndola en sus comunicaciones habladas o escritas.
-Gansonada: toda comunicación academicista y solemne que se pronuncia sin la demostración de ética elemental que pueda avalar moralmente a su autor.
-Gansonada: toda comunicación academicista y solemne que se pronuncia sin la demostración de ética elemental que pueda avalar moralmente a su autor.
El término gansonada está creando escuela en Google.
https://www.google.es/?client=firefox-b#q=gansonadas&gfe_rd=cr
Las gansonadas de Luis María Anson son diversas, actuales y con carácter retroactivo, evidentes y un poco ridículas conociendo lo que esconde tras la pulcra y elegante apariencia de sus miserias éticas revestidas de boato y academicismo... aunque confunda las churras con las meNinas.
Gansonada deslustrada en lo académico fue escribir que no hay que confundir churras con meNinas. Bien lúcido, sin el menor atisbo de vergüenza, una gansonada formal sin más consecuencia que el ridículo espantoso con dislates propios de iletrado que el director vila tampoco rectificó. Pero eso no es nada porque peor y más dañina es la gansonada de fondo presumiendo de bastón de mando moralizante ¿quien necesita de garrota en las posaderas para despertar de las complacencias de la soberbia e instruirse en conciencia con el fin loable, si rectificara, de enderezar actos nada ejemplares? Falsedad y solo falsedad.
Anson vive de la renta de la palabra; no de la discurseada,
verborreicamente entrevistada o anodinamente escrita en sus artículos
donde critica a diestro y siniestro erigiéndose gurú periodístico del
reino y más allá, sino de la acordada y ocultada sibilinamente en los despachos a decir de muchos. Más allá,
cuando le toque marchar al fantasma que representa en vida, me temo que tendrá un esparadrapo colocado en
la boca del alma porque calladito resultará más puro, diáfano,
cristalino, sincero acorde a la identidad, con el mutismo cadavérico de
un espíritu de bajo calibre que allí no podrá hacer pasar por válida la
palabra sin ejemplo.
Puro fariseismo el del presidente de El
Imparcial.es argumentando sobre lo que conviene a un país donde él ha esquilmado de modo rastrero, atentando contra los derechos básicos en el
trabajo. Mucho aconsejar pero de elemental honestidad en mi caso,
nada de nada.
Gansonadas por doquier, cuando abre la boca o escribe sus
diarias falsedades ocultando públicamente lo que realmente se cuece en
su alma desentrenada para los menesteres de siembras menos mundanas, más genuinas y aprovechables para el poco tiempo que le queda por respirar. Gansonadas.
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