GUARRADA

guarrada. (De guarro1). 1. f. Porquería, suciedad, inmundicia. 2. f. Acción sucia e indecente. 3. f. coloq. Mala pasada. Real Academia Española

jueves, 3 de noviembre de 2016

CNI Y EL INCORREGIBLE ANSON (Publicado en Rambla Libre)



CNI y el incorregible Anson



http://ramblalibre.com/2016/11/02/cni-y-el-incorregible-anson/

Luis María Anson. /Foto: YouTube.com.
Ignacio Fernández Candela. Escritor.

A tenor de lo que compruebo personalmente de Luis María Anson, respecto a sus usos éticos de dudosa fiabilidad aprovechándose del trabajo ajeno, y lo que conozco del conjunto sobre el carácter especulativo de su carrera profesional-basada en el premio desmesurado por servicios prestados, para mayor interés especulativo de los poderes a los que ha vivido arrimado durante décadas-, el último desvarío en El Mundo ejerciendo de correveidile, al más puro estilo del matonismo, advirtiendo públicamente a Pablo Iglesias de que no se salga de las líneas del Sistema, roza el ridículo impenitente que solo puede provocar su afán de protagonismo, ansioso por recuperar la  influencia perdida.

¿El CNI le susurra al oído las condiciones patrióticas con las que todo borrego ha de pasar con mansedumbre por el rodillo del orden establecido, salvo pena de que se concentren informaciones incómodas que puedan subyugar al rebelde, con escarnio público y exhibición de vergüenzas particulares incluidas? Tremebundo lo de Anson.

O continúa siendo una escurridiza anguila periodística que discurre con facilidad por todas las breñas de las bambalinas del poder oculto, o  es un indiscreto e imprudente  que no calibra el alcance de sus ambiciones, propagando bulos amarillistas basados en especulaciones sin sólido fundamento.
En este caso más valdría que la senectud le impidiera calcular el alcance de sus despropósitos ególatras, tal y como hizo atacando a El País cuando dirigía el ABC con el fin de captar más lectores. Trucos baratos de lo trilero asociado a lo periodístico, especialidad del segundo Joaquín Vila,  con tal de embolsarse mayores dividendos y fama mantenida.

Más valiera que fuera así porque si hay fundamento en la amenaza, estaríamos avivando brasas aparentemente extintas de las ínfulas dictatoriales que aparentemente dijo el académico combatir. Aunque a estas alturas de esta extraña democracia ya se sospecha cómo ha funcionado la corrupción por sistema y subrepticiamente; la que aún no se ve, no la descubierta cuyos daños pueden ser menores que los que verdaderamente estamos padeciendo sin identificarse a los verdaderos culpables.

No siendo Pablo Iglesias santo de mi devoción es de alabar la corrección política con la que ha recogido este guante lanzado por el impetuoso Anson, para convertir la advertencia en un ariete contra un Gobierno que ya inicia debilitado la legislatura y con la credibilidad en cuarentena. La imprudencia de Anson en sus ambiciones personalistas, una vez más, sería más deseable por oficiosa que la supuesta oficialidad pretendida al pronunciarse en el aviso contra el avispado líder podemita.

Llama la atención, en la derrota de su influencia que el periodista ha ido perdiendo con el paso del tiempo, la referencia a múltiples fuentes en sus artículos como si él fuera muñidor exclusivo de los poderes fácticos, y hasta inciertos, en esa suerte de ciencia ficción que se ha ido montando con el objetivo de acaparar la atención, y los beneficios monetarios que ello conlleva, con tal de no perder la comba del protagonismo del que tanto gusta alardear.

Ególatra oficioso o indiscreto del oficialismo, lo cierto es que Luis María Anson ha perdido la respetabilidad de tanto malgastarla.

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