http://ramblalibre.com/2017/10/18/19-de-octubre-cuenta-atras-para-salvar-la-situacion-de-cataluna/
La mayoría silenciosa no es escuchada.
Ignacio Fernández Candela.
Son demasiadas las oportunidades que ha desaprovechado el Gobierno para enderezar una situación catalanista que se ha desbordado absurdamente, por la recurrente pasividad de no afrontar los deberes inherentes a la salvaguarda del Estado de Derecho. Tantas como para sospechar una gravosa dejación de funciones por no se sabe qué cortapisas formales que solo parecen ver unos pocos. Una responsabilidad de mandato cuya tibieza ha enquistado un conflicto autonómico hasta convertirlo en un desbarre independentista que ha obligado a manifestar en las calles lo que Mariano Rajoy no ha pronunciado desde la Presidencia. Todavía no parece que la España silenciosa, mayoritaria, haya sido escuchada.
Son demasiadas las oportunidades que ha desaprovechado el Gobierno para enderezar una situación catalanista que se ha desbordado absurdamente, por la recurrente pasividad de no afrontar los deberes inherentes a la salvaguarda del Estado de Derecho. Tantas como para sospechar una gravosa dejación de funciones por no se sabe qué cortapisas formales que solo parecen ver unos pocos. Una responsabilidad de mandato cuya tibieza ha enquistado un conflicto autonómico hasta convertirlo en un desbarre independentista que ha obligado a manifestar en las calles lo que Mariano Rajoy no ha pronunciado desde la Presidencia. Todavía no parece que la España silenciosa, mayoritaria, haya sido escuchada.
El Partido Popular ha comprometido la seguridad nacional a costa de los rehenes catalanes que vanamente han esperado un cortafuego desde Madrid, ante las intenciones incendiarias de una sedición que al día de hoy carece de lógica institucional dentro y fuera de nuestras fronteras. Pero aún queda por constatar si no existe improvisación al afrontar el problema de Cataluña y hay tiempo medido en las actuaciones ya delineadas para estos días tras el segundo requerimiento a Carlos Puigdemont, o estamos igual que siempre y más cerca del precipicio de la conflictividad definitiva con un catalanismo desbordado y amenazante contra la democracia, tal y como amagó en su momento Pujol.
Si antes hubiese sido posible combatir la sinrazón desde la aplicación firme de la Justicia, ahora solo parecen caber medidas excepcionales para evitar un perjuicio mayor que puede sobrevenir de las intenciones destructivas del independentismo, tal cual han sido las de los ejecutores de los incendios que han asolado estos días Galicia. Desestabilizar un país es tan fácil como sobrepasarlo con situaciones de extrema gravedad, obligándole a defenderse con todos los recursos ocupados que lo van debilitando con el paso del tiempo.
Por ello no es de extrañar que el prestigioso jurista Antonio García Trevijano defienda medidas extraordinarias como la aplicación del artículo 116, Estado de sitio, en previsión del cataclismo que la intencionalidad separatista puede desencadenar. Exagerado o no, lo que vivimos es de radical gravedad y podría generar todo tipo de trastornos si no se limitan las expectativas. Debería bastar la acción de la Justicia con el examen pormenorizado de cuantos delitos puedan ser imputados por las muchas irregularidades que son el origen de esta crisis con Pujol a la cabeza; quien comanda esta huida hacia ninguna parte para intentar evitar que la corrupción histórica de Cataluña quede al descubierto. Debería, aunque el problema es la credibilidad de los tribunales que como el Gobierno dejaron pasar la oportunidad para que se respetara la ley.
Mañana se cumple el segundo ultimátum al que previsiblemente Puigdemont responda con la vaguedad y la inconcreción que obligue a tomar medidas excepcionales a este Gobierno con la gestión del trance en entredicho. O no, con la irresponsabilidad mantenida que ello significaría en este pulso a España donde no cabe más dilación en respuesta a una amenaza que pretende vulnerar un Estado democrático donde la mayoría quiere vivir en paz y sin sobresaltos… en la medida de que sus gobernantes sepan conjurar el peligro; cuestión vital que está por ver a partir del 19 de octubre, una fecha más para la incertidumbre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario