Por favor, Vila, no quiero que malinterpretes el título. Que me preocupe tu salud mental no significa que me preocupes tú. Más que un riesgo para ti mismo, has demostrado ser un peligro para tu prójimo con esos comportamientos tan execrables y parasitarios que has ejercido sin atisbo de mínima decencia o mensurada honestidad profesional. Comportamientos así son inducidos por una maldad consciente que se relaciona con la incapacidad para la honradez y la osadía de la inmoralidad, con mayor razón si pretendes desempeñar un rol de influencia comunicativa como director de El Imparcial.es.
Me preocupa tu salud mental y sugeriría un exámen de tus facultades morales que creo íntimamente relacionadas con las carencias de sentido común que se presumen en toda racionalidad sin tacha significativa.
Después de la carta tan sincera que te dediqué; después de reflexionar sobre lo ruin y sucio que habría resultado la voluntariedad de tu juicio para llevar a cabo tan taimada guarrada contra mi persona y mi trabajo, como bien sabes llegué a la conclusión de que tú no podías ser tan hijo de mala madre como para borrar de manera no incidental miles de valoraciones de Facebook o Twitter despreciando, con repugnante insidia, el valor público de mis columnas. Llegué a la conclusión de que no podías ser un hijo de la grandísima si tu criterio sobre la "escasísima" calidad de mis artículos estribaba en un afán destructivo contra mi autoestima, razonando sobre evidencias de tu extraño gusto por mis letras que durante toda mi vida han sido valoradas al más alto nivel; aunque leyendo las tuyas comprendo que tengas extraviado, por egolatría será, el concepto equilibrado sobre una intelectualidad que no sabes plasmar en un libro pues al día de hoy, que yo sepa, no has editado ni uno como autor.
Al término de analizar la detestable actuación de Carmen de la Vega, responsable de publicaciones, con una hipócrita condición personal rayana en la inestabilidad mental según sus actitudes incongruentes, tuve la convicción de que tú no podías ser conscientemente tan abusivo, inmoral, parásito y mal nacido como para procurar arbitrariamente una destrucción personal y profesional de alguien tan íntegro como yo. En consecuencia, tomé en consideración otros factores que me han llevado a comunicar lo que me preocupa que alguien tan dañino ande suelto por la sociedad y con apariencia de salud intelectual que tus obras desdicen.
Porque para gozar de salud intelectual antes hay que mostrar una moral equilibrada. No es el caso tuyo pero, y eso es lo que más preocupa, tampoco parece ser el caso de Luis María Anson: ése sí que tiene peso específico e influyente en la salud moral de toda la sociedad española. Me preocuparía mucho que esas carencias tuyas que te describo, también afectaran a un Premio Príncipe de Asturias de Humanidades, porque corroboraría la enfermiza sociedad que padecemos siguiendo paradigmas tan poco fiables. Anson demuestra tener la cabeza en su sitio según la prodigalidad con que exhibe su inquebrantable razonamiento, por lo que en su momento me preocupé ante alguna factible merma de su salud moral.
http://guarradaelimparcial.blogspot.com.es/2015/12/preocupado-por-la-salud-moral-de-anson.html
http://guarradaelimparcial.blogspot.com.es/2015/12/preocupado-por-la-salud-moral-de-anson.html
Después de reflexionar sobre lo infecto del resultado con ese acoso y derribo sostenido en el tiempo para finalmente intentar darme un puyazo al ánimo vital, con la aquiescencia de tu mentor al que tanto has lamido el traje, según dicen de ti, he sacado también en conclusión que si no eres consciente de las hijo putadas típicas del aprovechado sin conciencia y del malhechor del que poco bueno puede esperarse, hay que examinar la salud mental que te impulsa a comportamientos característicos de la sociopatía y examinar tus profundos complejos personales que te inclinan, digo yo, a la maldad sin parecer que bases tus acciones en una ética y moral acordes a la cordura de individuos autorizados a convivir según unos principios y valores elementales.
Me alarmé al recibir una respuesta tan poco congruente a mi primera carta abierta, en la que parecías haber perdido la razón no sé si por efluvios etilicos o por un acusado síntoma de afasia que te impedía comunicarte con lógica y algo de vergüenza, dando a entender tu preclaro juicio de profesional del periodismo y como persona meramente cabal.
A continuación te trascribo aquel intento fallido tuyo para transmitir un mínimo de razonamiento en respuesta a mi carta, donde te participaba el convencimiento de que no eras tan cerdo para hacer tantas guarradas con retorcida voluntariedad:
De: Director El Imparcial <director@elimparcial.es>
Para: Ignacio Fernández Candela
Para: Ignacio Fernández Candela
Enviado: Miércoles 6 de enero de 2016 6:42
Asunto: Re: 4ª carta abierta al escondido Anson.
Asunto: Re: 4ª carta abierta al escondido Anson.
Tú
tampoco eres un hijo deputa ni un cabrón ni estás amargado por tu
fracaso profesional.Eres simplemente un analfabneto, que no sabe
escribir, zafio en elfon do y en la forma. Y como no te telía nadie porq
Ésta fue mi diligente contestación:
http://guarradaelimparcial.blogspot.com.es/2016/01/respuestaborracho-de-joaquin-vila-y-mi.html
Que te hayas aprovechado como un vulgar parásito de mi trabajo, escaqueándote de un modo criminal para no pagar los dos años de colaboración, semana tras semana, echándome con cajas destempladas, no dice nada de tu salud mental sino de tu haber espiritual putrefacto, innecesario, baldío, inconsistente y demoníaco. Pero si te lo haces ver por un psiquiatra a lo mejor desentrañabas los más oscuros secretos que tu mente guarda tras la cara granítica y, a lo mejor, por solo una cuestión de pura vergüenza, te avenías a pagarme lo que me debes, moroso sin conciencia, para poder ir aunque sea con un resquicio de satisfacción personal por haber hecho algo bueno en tu vida.
En todo caso, sin que me preocupes una mierda, espero que algún día te examinen porque lo tuyo no es normal. Que Anson te secunde tampoco, pero profundísimo es el abismo donde un ego comete el error de precipitarse pensando que las alas evitarán el choque contra el suelo. Vanidad de vanidades, todo vanidad, un día en polvo nos convertimos. Qué putada, Anson, qué putada; pero antes paga.Tú también, Vila.
Pide amablemente a tus secretarias que te soliciten hora, anda, director. Saldremos todos ganando.
2 comentarios:
Toda persona que realiza un trabajo digno, ha de ser remunerada por ello, sencillamente. Los encargados en saldar la cuenta, cumplidores y no escurrir el bulto de manera canallesca.
La enfermedad del alma no sabe de honestidad. Es la que aqueja a Vila y a unos cuantos más. De Anson no quiero creerlo a la espera de una reacción humana.
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