Tardaron años en darse cuenta. Yo había advertido a Carmen de la Vega, responsable de colaboraciones, sobre la imagen pública que daba el descuido de una errata evidente en los artículos de Luis María Anson. Como iba a lo suyo-engañarme con lisonja y mucha cordialidad con el fin de prepararme para el mobbing acrecentado que terminó en la puñalada trapera de Vila-no dijo nada a los técnicos y esa imagen de mediocridad se paseó por Internet sin que nadie del periódico percibiera el error.
Años después y supongo que después de leer una reciente entrada en la que reseñé la chapuza de faltas de ortografía y las erratas permanentes en el diario digital... años después ¡asombrosamente, se ha corregido! Ingratos, ni me lo agradecerán.
Ahora la apariencia de la página del presidente de El Imparcial es impecable en las formas, no así en el fondo de honestidad que es dislate más pronunciado ejerciendo un código de ética nada afín a las buenas costumbres profesionales que en él, silenciándose ante esta guarrada, hasta ya me parecen raras.
Podrían corregir la falta de moralidad, de ética elemental, recular ante la ausencia de honroso proceder en la imagen pública como privada, admitiendo la inadmisible falta de honradez en el trato que he recibido con absoluta injustificación y abonándome un trabajo-lo que se considere justo-que sigue posicionado en los primeros lugares de buscadores como Google, rindiendo beneficios publicitarios al día de hoy. Y no es menos importante una disculpa, con muestra de alguna humanidad, por la brutal guarrada que algunos provocaron y la pretensión de daño moral que no he permitido que se me inflija.
Antes bien he reaccionado con dignidad y lógica airada; la cabeza bien alta para defenderme de esos modos rastreros practicados contra mi persona y mi excelente-no lo digo yo solo sabiendo de lo que hablo- trabajo.
Bien está corregir la errata de la "Biogafía" y mejor imagen sería que Luis María Anson comprendiera el calibre del juego sucio que se ha procurado contra mí y decidiera actuar con honradez y en consecuencia, para poder admitir yo mismo el error sobre la apariencia de sus silencios que parecen definirle sin que él se haya pronunciado. Nada me gustaría más que retractarme de mis sinceras y no menos indignadas percepciones, así como recuperar un prohombre al que creía apreciar como ejemplo de rectitud personal.
Solo ante estas cerdadas, en este país ante la evidencia de la injusticia predomina el silenciamiento, la indiferencia y la comodidad de la inacción como la insolidaridad. Se solidariza uno, pública o privadamente, si hay algún beneficio del que sacar tajada emocional o pecuniaria; en España, qué asco, así es la falsedad colectiva que hay más testigos sin decencia que héroes incapaces de callar ante lo injusto. Bien la conozco que se puede asesinar en la calle sin que nadie mueva un dedo, a no ser que coincida la presencia de algún ser humano con dignidad. Una lotería.
Yo no inicié ninguna beligerancia. Cuando a un ser humano se le trata así, o se hunde en la miseria de una depresión o se defiende con garras. ¿Qué se esperaban, destruirme con sordina? Una mierda. En EEUU, guarradas así acaban a tiro limpio. Yo soy de más aguante aunque muy consciente del calado moral de quien es capaz de algo semejante.
¿Depresión inducida mediante un repugnante y paulatino mobbing con hachazo final, o defensa acerada y proporcional a la ofensa? El inmisericorde perjuicio que intentó dañarme a otro lo habría matado, pero estoy muy curtido en adversidades como para dejarme vencer. Opté por lo segundo a pesar de que esta guarrada buscaba desfondar mi ánimo vital. Hay que ser lo que no puedo definir para actuar con el fondo inmoral que Vila ha demostrado; por ello le denomino el inefable.
Pido en mi legítimo derecho lo justo, lo ecuánime, lo elemental en las actitudes de la buena voluntad. No hay más que reflexionar sobre mi indignada denuncia para comprobar con rectitud que obro en consecuencia después de ser atropellado con unas maneras incalificables y que indignadamente tildan mis muchos lectores de las columnas y de este blog, de criminales. Acaso estén muy hartos y concienciados contra el abuso y la explotación.
http://guarradaelimparcial.blogspot.com.es/2016/02/yo-si-espero-honradez-de-ti-anson.html
1 comentario:
Por supuesto, los que experimentan por desgracia el mobbing, terminan mal debido a la impotencia y desámino provocados por el acoso y explotación recibidos, está demostrado. En tu caso has lidiado en ruedos bravos y no dejas que te pisen por mucho o poco renombre que tenga la ganadería y no dejas ni te das por vencido jamás. Ellos saben de tu profesionalidad y valía, sería correcto y justo que reconocieran el grave error que han cometido contigo y rectificaran, les honraría.
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