GUARRADA

guarrada. (De guarro1). 1. f. Porquería, suciedad, inmundicia. 2. f. Acción sucia e indecente. 3. f. coloq. Mala pasada. Real Academia Española

miércoles, 30 de marzo de 2016

Mejor enchufar que robar con abuso, Luis María Anson, pillín



  Anson no tiene ningún derecho a criticar las mismas tropelías sin conciencia que él comete. Me huele a porqueriza todo lo que escribe, a guarrada moral, a falsificación de intenciones, a suciedad personal que no limpia la palabra. Finge honradez pero no hay actuación digna que avale su incalificable carácter de oportunismo amoral. El Príncipe de Asturias de Humanidades...ya ven, qué paradoja recalcitrante. ¿En qué mercadillo persa se compra el agasajo nacional?


  A Anson-como a Vila, tal para cual-solo le resta la putrefacción de la muerte para representar con realismo, ausente de apariencias, la fétida hipocresía que destila en sus letras. Ya no me cuela el embaucador de la dignidad, tan poco honorable por la muestra fehaciente de un interior que destila tufaradas de fariseísmo endiablado. ¿Cómo es capaz de tanta deshonestidad robando mi trabajo y pretendiendo destruirme? ¿De qué está hecho, de qué envenenadas entrañas está hecho semejante abusador sin conciencia? Necesita un exorcismo para liberarle del incansable demonio de la mentira que le inspira, y lo tendrá. Sorpresas le esperan al confiado cuando muera, porque ¿todo él es un infierno vivo de falsedad acompañado de prosélitos sin decencia? Si fuera así son sobrantes cómodos de la existencia, sin provecho. Almas muertas.


  Después de conocer la pútrida hipocresía de un Anson que sigue moralizando a la sociedad de la que muchos dicen que se ha aprovechado con sus intrigas y ventajismos, con carita de no haber roto un plato en su vida, angelito, me repugna el discurso crítico contra todo lo que él representa, con cinismo impenitente, proyectándolo contra los demás desde sus falaces artículos; con tanta falsedad esgrimida, fingiendo que es, además de honesto locuaz, ¿un trapo limpio de toda esta colada de mierda que se está centrifugando en España desde hace unos años con el indeleble tufo de la corrupción? Sus actos conmigo son detestables como su verbo sin credibilidad. Cinismo del peor carácter engañador.


  ¿Cómo calificaría esta criatura honorable el robo del trabajo ajeno, el mobbing, la explotación laboral y el abuso sin regla moral ni de conciencia? ¿Qué tono usaría este ladrón de trabajo ajeno para describir la guarrada de la que finge no saber nada? No me jodas Anson, tan pulcro en el verbo y sucio en el acto.

  Lo que ha hecho él es de tan puta e inmisericorde cobardía, de tan ruin parasitismo sin entrañas, que todo su discurso sin ejemplo puede echarse por las letrinas de sus edificantes patrañas intelectuales.

  Con despectivos calificativos, el académico de la ñ minúscula y la H mayúscula de lo hipócrita, denuncia y sentencia a diestro y siniestro la caradura de los paniaguados, el enchufismo de amiguetes y familiares en el mundo político sin reparar en la repugnante imagen de la explotación laboral y el abuso chulesco y parasitario que representa como presidente de un periódico dirigido por un maltratador Joaquín Vila-repulsivo para muchos de cara y alma-cuyas inmundicias personales consiente siendo cómplice de latrocinio. No solo no pagan sino que actúan con chulería criminal que bien ya se han podido meter por el saco los dos. Jetas. Yo les ayudo gentilmente a que se lo encajen.


  En el mundo civilizado no hay peor basura social que los infectos aprovechados que explotan con crueldad el trabajo del prójimo, pretendiendo además destruir el ánimo vital de los trabajadores honrados. Solo los de moral retorcida pueden fingir dignidad cuando las obras representan la peor escoria de la indecencia impune. No hay calificativos que puedan describir con exactitud la guarra disposición de aprovechados sin alma, hijos no bastardos del engaño y el cinismo que pretenden aleccionar a una sociedad siendo los primeros lastres humanos que arrastra esta maldita farsa que homenajea a los fingidores de turno. Anson es digno de encomio en esa pose moralista con una falta de sensibilidad tan selecta como ilimitada; premio al disimulo.

  El día que sus huesos vayan a la tumba, el alma le chirriará tan falsa como el escarnio terreno que supone para la gente honrada la existencia de millones de hipócritas del averno sobre la Tierra; afortunadamente todos los listos con trampa son efímeros. Los gusanos siempre seguirán devorando un cerebro roído de insidia disimulada. Toda siembra se recoge, toda.

Al otro lado de esta vida ya no se engaña. De ser Anson, sudaría gotas frías de terror. Le veo retorciéndose como cadáver de espíritu en espera del aplauso ganado con esas artimañas que fuera de lo terreno serán sus condenas. Y yo, cualquier día, me veré visitando su tumba percibiendo arrepentimiento del que hoy es incapaz. Todo sea por no pagar lo que debe y disculparse con honradez. Esas debilidades no son dignas de un superhombre como él. Pobre diablo; tanta sapiencia terrena acumulada y pobre siembra desperdiciada del espíritu discurseando con tan ciega hipocresía. Pobre.


En cambio, Vila ejerce el mal con ganas. Hay hijos que maman, desde que son bebés, la teta del mismísimo Satanás.

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