http://www.paullop.es/2008/01/22/el-imparcial-reir-o-llorar/
Encontré por la Red este blog creado por Pau Llop a quien no se le escapaba la tamaña chapuza que fue desde los inicios este engendro parasitario que es El Imparcial.es, periódico digital como apaño de la no menos apañada Fundación Ortega y Gasset que aglutina una gran colección de eméritos parásitos que pretenden vivir del cuento cultural y la explotación.
Ya en el 2008 se criticaban las maneras chapuceras de Joaquín Vila como director. No me extraña el comportamiento de estos indeseables que no pasaban inadvertidos ni en las formas ni en el fondo pútrido de la razón de ser periodística para, literalmente, chupar del bote a costa de otros.
Trascribo algún párrafo que describe perfectamente el espíritu frívolo y nauseabundo de este periódico en manos de no menos frívolos y nauseabundos responsables:
"Es una tomadura de pelo no sólo al habitante del único medio escogido por el Imparcial, los internautas. También es casi una vergüenza para la profesión periodística".
Dios, en qué porqueriza inmunda anduve metido tratando con gente capaz de provocar tanta guarrada indecente. No es que Luis María Anson haya caído bajo, es solo un reflejo fehaciente de una trayectoria parasitaria vendiendo dignidad periodística al mejor postor. Puro y duro cambalache sin mucha moral a tenor de cómo se ha comportado ahora, quizá como siempre durante su ascenso personal. Asquito. Se entiende que se rodee de gente como Joaquín Vila o la Cano Ezcorría.
Pasen y lean la realidad de un proyecto orquestado por oportunistas, aprovechados y explotadores laborales de la más baja ralea:
Periodismo analógico
El Imparcial, reír o llorar
Si
fuera cierto aquello de que "que hablen de mí, aunque sea mal", El
Imparcial estaría de suerte. Pero me temo que no es así. Algunos de los
calificativos que he ido recogiendo por ahí:
Jesús Gordillo (que hace uno de los mejores análisis): "Esto no es un periódico digital, tal y como era presentado. No son más que textos colocados en una página fea, mal construida y con bastantes fallos".
Juan Varela: "Lo dicho, imparcial, imparcial, no es"
Ramón Salaverría: "Tecnologías de hoy al servicio de un periodismo del pasado. Por ese camino les será difícil reverdecer viejos éxitos, me temo".
Diego Areso (QuintaTinta): "La versión web del diario resulta gráficamente indigente. Y la versión pdf… La versión pdf es infumable"
Etc, etc.
Por lo normal, suelo abstenerme de criticar un nuevo proyecto digital periodístico. Si me gusta lo analizo dando pros y contras. Si no me gusta, me callo: sé lo duro que es poner tu vida profesional y personal al servicio de un proyecto y lo duro que puede ser leer ciertas cosas. Cuando un proyecto es tan malo que no puedes más que hacer una crítica destructiva, me callo. Pero en esta ocasión, lo siento, no puedo. Si no lo digo, exploto: Elimparcial.es es una broma de mal gusto. El por qué lo detalla perfectamente análisis del producto como el de Jesús Gordillo, que suscribo al 100%.
Es una tomadura de pelo no sólo al habitante del único medio escogido por el Imparcial, los internautas. También es casi una vergüenza para la profesión periodística.
Como todos sabéis, Anson no es ningún mileurista. Quiero decir, los 2 millones de euros (Servimedia habla de 6) que se han invertido, ¿dónde están? ¿En cenas? Desde luego, no en desarrolladores ni técnicos, a los que captan con anuncios como este: donde ahora pone a 'convenir', ayer mismo -lo juro- ponía 'entre 8.000 y 12.000 euros brutos anuales'. A jornada completa (que lo sigue poniendo).
El web en sí, para qué hablar. Entiendo que toda una vida dedicada al trapicheo de influencias, mezclando -ensuciando- su oficio con el de arribista del poder, le haya dado a Anson buenos contactos, esos que le permiten trufar su portada con la presencia de los tres entidades bancarias más importantes del país, flanqueando una cabecera decimonónica a la que en su absolutamente infumable escrito fundacional se glorifica en su historia, y donde, como avisa Salaverría, de más de 3.000 palabras ninguna de ellas es 'Internet'.
No puedo esconder que una de las cosas que más me fastidia, y por mucho que sea "ley de vida" me fastidia igual. Hablo de que proyectos tan absurdos, innecesarios, mal hechos, sin el más mínimo interés por su audiencia, a la que se dirige y de la que pretende vivir y crecer, tengan el suficiente apoyo económico para hacerse realidad. O peor, cientos de miles, incluso millones de euros, para que se 'deshagan' realidad. Esto es un periódico deconstruido, como la tortilla de Ferran Adrià. Pero sabe malo.
Si fuese el responsable de Imagen Corporativa de Santander, BBVA, La Caixa o Telefónica, retiraría inmediatamente mi banner de ahí para que no relacionasen mi empresa con semejante cosa. Si hay que pagar tributo a Anson por lo que sea, que se lo den en un sobre. Yo le diría: "toma tu pasta, pero por favor, no pongas nuestro logo ehh.. em.. 'ahí'".
Ya se que es un brindis al sol, y muchos me llamarán ingenuo, y con razón, pero he de decirlo. Estas grandes empresas que hacen posible proyectos como este, ¿no se han planteado nunca que sería infinitamente mejor para ellos y la sociedad que les rodea apoyar los proyectos de jóvenes emprendedores? En España hay muchos proyectos maravillosos que esperan una décima parte de lo que ha derrochado 'El Imparcial' para hacer un producto no diez veces mejor, sino cien.
Y no hablo de Bottup, o no sólo de Bottup. Ahí está BdeBarna, Granadapeople.com, tertuliaandaluza.com, etc. Cualquiera de ellos, aunque les parezca increíble, sería (son ya) mejores sitios que 'El Imparcial'.
No voy a reseñar los innumerables despropósitos técnicos y de diseño, que algunos llaman "fallos", pero que yo creo que no son tales, sino, simplemente, un alarde de prepotencia que les hace pensar que lo único que importa es que nos llegue la letra divina de sus muy nobles -y rancias- plumas.
No hablaré de las tres columnas, el css de la risa, los coladores de seguridad que nos permiten -aún ahora, después de horas- ver un striptease demasiado calentito incluso para el real académico, faltas de ortografía tales como "servia" por "serbia" -en el periódico del real académico de la lengua, otra vez-, etc.
En cuanto a los contenidos en sí, sólo la primera noticia (con foto estilo portada de La Razón) es suficiente para saber qué tenemos delante nuestra. No merece la pena gastar ni una letra en calificar semejante barbaridad.
Un último apunte, que no puedo dejarme: la participación, el usuario. "¿El qué? Ah, el lector". A Anson eso de 'usuario' le debe sonar mal, como si el lector 'usara' su periódico para otra cosa que no sea leer de cabo a rabo lo que dice el periodista-profeta desde su atalaya. Ni comentarios permite, señores. No hablemos ya de foros. ¡Es que ni encuestas tiene! Para mí, sólo con esto ya sería motivo de crítica.
En fin, que en su primer día de vida, 'El Imparcial' ha conseguido dos cosas: ahuyentar a los lectores por la vía del diseño y la usabilidad (esta gente, cuando hacía papel, ¿le hubiese dado lo mismo una rotativa moderna que una 'vietnamita'?) y por la vía de la propia información. Simplemente, 'El Imparcial' nos dice: "Hola, somos un folleto propagandístico para gente mayor como nosotros, a la que le ponemos un PDF (peor maquetado aún) para que nos imprima y nos lea lejos de ese cacharro demoníaco con teclas. ¡Jóvenes, no se acerquen!"
Flaco favor a la memoria de sus antepasados hace la Fundación Ortega y Gasset, cuyo presidente, José Varela Ortega, nieto del célebre filósofo, es el editor de este engendro de parcialidad, mal gusto, atrasado, desechable y triste producto que es 'El Imparcial'.
Por si ya no funciona el enlace, os dejo el pantallazo del striptease: el mejor contenido del periódico:
PD: Dos consejillos de un niñato: Reconvierta el periódico en un negocio de necrológicas (tiene futuro -menuda paradoja- si se hace bien) o gástense lo de seis o siete cenas o saraos de los suyos en contratar una consultora de nuevos medios. Bueno, o cierren, que también es una opción.
Jesús Gordillo (que hace uno de los mejores análisis): "Esto no es un periódico digital, tal y como era presentado. No son más que textos colocados en una página fea, mal construida y con bastantes fallos".
Juan Varela: "Lo dicho, imparcial, imparcial, no es"
Ramón Salaverría: "Tecnologías de hoy al servicio de un periodismo del pasado. Por ese camino les será difícil reverdecer viejos éxitos, me temo".
Diego Areso (QuintaTinta): "La versión web del diario resulta gráficamente indigente. Y la versión pdf… La versión pdf es infumable"
Etc, etc.
Por lo normal, suelo abstenerme de criticar un nuevo proyecto digital periodístico. Si me gusta lo analizo dando pros y contras. Si no me gusta, me callo: sé lo duro que es poner tu vida profesional y personal al servicio de un proyecto y lo duro que puede ser leer ciertas cosas. Cuando un proyecto es tan malo que no puedes más que hacer una crítica destructiva, me callo. Pero en esta ocasión, lo siento, no puedo. Si no lo digo, exploto: Elimparcial.es es una broma de mal gusto. El por qué lo detalla perfectamente análisis del producto como el de Jesús Gordillo, que suscribo al 100%.
Es una tomadura de pelo no sólo al habitante del único medio escogido por el Imparcial, los internautas. También es casi una vergüenza para la profesión periodística.
Como todos sabéis, Anson no es ningún mileurista. Quiero decir, los 2 millones de euros (Servimedia habla de 6) que se han invertido, ¿dónde están? ¿En cenas? Desde luego, no en desarrolladores ni técnicos, a los que captan con anuncios como este: donde ahora pone a 'convenir', ayer mismo -lo juro- ponía 'entre 8.000 y 12.000 euros brutos anuales'. A jornada completa (que lo sigue poniendo).
El web en sí, para qué hablar. Entiendo que toda una vida dedicada al trapicheo de influencias, mezclando -ensuciando- su oficio con el de arribista del poder, le haya dado a Anson buenos contactos, esos que le permiten trufar su portada con la presencia de los tres entidades bancarias más importantes del país, flanqueando una cabecera decimonónica a la que en su absolutamente infumable escrito fundacional se glorifica en su historia, y donde, como avisa Salaverría, de más de 3.000 palabras ninguna de ellas es 'Internet'.
No puedo esconder que una de las cosas que más me fastidia, y por mucho que sea "ley de vida" me fastidia igual. Hablo de que proyectos tan absurdos, innecesarios, mal hechos, sin el más mínimo interés por su audiencia, a la que se dirige y de la que pretende vivir y crecer, tengan el suficiente apoyo económico para hacerse realidad. O peor, cientos de miles, incluso millones de euros, para que se 'deshagan' realidad. Esto es un periódico deconstruido, como la tortilla de Ferran Adrià. Pero sabe malo.
Si fuese el responsable de Imagen Corporativa de Santander, BBVA, La Caixa o Telefónica, retiraría inmediatamente mi banner de ahí para que no relacionasen mi empresa con semejante cosa. Si hay que pagar tributo a Anson por lo que sea, que se lo den en un sobre. Yo le diría: "toma tu pasta, pero por favor, no pongas nuestro logo ehh.. em.. 'ahí'".
Ya se que es un brindis al sol, y muchos me llamarán ingenuo, y con razón, pero he de decirlo. Estas grandes empresas que hacen posible proyectos como este, ¿no se han planteado nunca que sería infinitamente mejor para ellos y la sociedad que les rodea apoyar los proyectos de jóvenes emprendedores? En España hay muchos proyectos maravillosos que esperan una décima parte de lo que ha derrochado 'El Imparcial' para hacer un producto no diez veces mejor, sino cien.
Y no hablo de Bottup, o no sólo de Bottup. Ahí está BdeBarna, Granadapeople.com, tertuliaandaluza.com, etc. Cualquiera de ellos, aunque les parezca increíble, sería (son ya) mejores sitios que 'El Imparcial'.
No voy a reseñar los innumerables despropósitos técnicos y de diseño, que algunos llaman "fallos", pero que yo creo que no son tales, sino, simplemente, un alarde de prepotencia que les hace pensar que lo único que importa es que nos llegue la letra divina de sus muy nobles -y rancias- plumas.
No hablaré de las tres columnas, el css de la risa, los coladores de seguridad que nos permiten -aún ahora, después de horas- ver un striptease demasiado calentito incluso para el real académico, faltas de ortografía tales como "servia" por "serbia" -en el periódico del real académico de la lengua, otra vez-, etc.
En cuanto a los contenidos en sí, sólo la primera noticia (con foto estilo portada de La Razón) es suficiente para saber qué tenemos delante nuestra. No merece la pena gastar ni una letra en calificar semejante barbaridad.
Un último apunte, que no puedo dejarme: la participación, el usuario. "¿El qué? Ah, el lector". A Anson eso de 'usuario' le debe sonar mal, como si el lector 'usara' su periódico para otra cosa que no sea leer de cabo a rabo lo que dice el periodista-profeta desde su atalaya. Ni comentarios permite, señores. No hablemos ya de foros. ¡Es que ni encuestas tiene! Para mí, sólo con esto ya sería motivo de crítica.
En fin, que en su primer día de vida, 'El Imparcial' ha conseguido dos cosas: ahuyentar a los lectores por la vía del diseño y la usabilidad (esta gente, cuando hacía papel, ¿le hubiese dado lo mismo una rotativa moderna que una 'vietnamita'?) y por la vía de la propia información. Simplemente, 'El Imparcial' nos dice: "Hola, somos un folleto propagandístico para gente mayor como nosotros, a la que le ponemos un PDF (peor maquetado aún) para que nos imprima y nos lea lejos de ese cacharro demoníaco con teclas. ¡Jóvenes, no se acerquen!"
Flaco favor a la memoria de sus antepasados hace la Fundación Ortega y Gasset, cuyo presidente, José Varela Ortega, nieto del célebre filósofo, es el editor de este engendro de parcialidad, mal gusto, atrasado, desechable y triste producto que es 'El Imparcial'.
Por si ya no funciona el enlace, os dejo el pantallazo del striptease: el mejor contenido del periódico:
PD: Dos consejillos de un niñato: Reconvierta el periódico en un negocio de necrológicas (tiene futuro -menuda paradoja- si se hace bien) o gástense lo de seis o siete cenas o saraos de los suyos en contratar una consultora de nuevos medios. Bueno, o cierren, que también es una opción.
1 comentario:
Nada serio El Imparcial.es, triste y vergonzoso que no te paguen, más el añadido de poca educacíón por parte de ellos sin pedirte disculpas, que bajos caen.
Publicar un comentario