"Guarros son los que hacen guarradas", diría Forrest Gump. Aparentemente honorable, ¿El Imparcial.es es un antro de explotación carente de moral y decencia? Escritos 90 artículos en casi dos años, posicionados en primeros lugares sin cobrar ni un euro, me echan después de estar sometido a un sutil y despreciable mobbing. Busco ética elemental en Anson; ¿alguien digno en El Imparcial.es?
Pasen y conozcan la hipócrita condición de estos explotadores y aprovechados sin conciencia.
GUARRADA
guarrada. (De guarro1). 1. f. Porquería, suciedad, inmundicia. 2. f. Acción sucia e indecente. 3. f. coloq. Mala pasada. Real Academia Española
El periodista Luis María Anson ha hecho unas declaraciones en México, al periodista José Cárdenas,
en las que se muestra partidario de la censura en Internet. Vuelve así a
sus tesis juveniles, cuando se mostraba completamente contrario al
sufragio universal y consideraba un peligro y una herejía la libertad de
expresión.
Hemos solicitado a nuestro colaborador Ignacio Fernández Candela su opinión sobre esas declaraciones:
“Las aspiraciones de Luis María Anson
sobre la regulación de la libertad de expresión son comprensibles
existiendo ilimitación por internet para poder denunciar públicamente
aquellos abusos que antes se silenciaban tras la manipulación de los
despachos.
Activar al máximo el derecho de esa libertad y proponer penalizar a
los que lo exceden, según él, es manifiestamente incoherente y
contradictorio, y en todo caso una sugerencia intolerante que al
periodista le gustaría satisfacer para ocultar un pasado y un presente
incómodos a sus ambiciones personalistas, teniendo como tiene muy
engañado al público del mundo allá donde vaya. Es de fácil perorata y
nulo ejemplo ético personal. Demostrado según sus obras que dicen más
que sus fútiles palabras.
Los excesos de la libertad de expresión son una quimera de Anson
pues ya está suficientemente contemplado desde el punto de vista
jurídico. Otra cuestión es que este democrático intolerante desee una
censura-que es a lo que alude- para silenciar las vergüenzas que van
aflorando de su vida personal y profesional a raíz de los abusos
laborales practicados contra personas honradas que lo denuncian”.
A tenor de lo que compruebo personalmente de Luis María Anson,
respecto a sus usos éticos de dudosa fiabilidad aprovechándose del
trabajo ajeno, y lo que conozco del conjunto sobre el carácter
especulativo de su carrera profesional-basada en el premio desmesurado
por servicios prestados, para mayor interés especulativo de los poderes a
los que ha vivido arrimado durante décadas-, el último desvarío en El Mundo
ejerciendo de correveidile, al más puro estilo del matonismo,
advirtiendo públicamente a Pablo Iglesias de que no se salga de las
líneas del Sistema, roza el ridículo impenitente que solo puede provocar
su afán de protagonismo, ansioso por recuperar la influencia perdida.
¿El CNI le susurra al oído las condiciones patrióticas con las que
todo borrego ha de pasar con mansedumbre por el rodillo del orden
establecido, salvo pena de que se concentren informaciones incómodas que
puedan subyugar al rebelde, con escarnio público y exhibición de
vergüenzas particulares incluidas? Tremebundo lo de Anson.
O continúa siendo una escurridiza anguila periodística que discurre
con facilidad por todas las breñas de las bambalinas del poder oculto, o
es un indiscreto e imprudente que no calibra el alcance de sus
ambiciones, propagando bulos amarillistas basados en especulaciones sin
sólido fundamento.
En este caso más valdría que la senectud le impidiera calcular el
alcance de sus despropósitos ególatras, tal y como hizo atacando a El País cuando dirigía el ABC con el fin de captar más lectores. Trucos baratos de lo trilero asociado a lo periodístico, especialidad del segundo Joaquín Vila, con tal de embolsarse mayores dividendos y fama mantenida.
Más valiera que fuera así porque si hay fundamento en la amenaza,
estaríamos avivando brasas aparentemente extintas de las ínfulas
dictatoriales que aparentemente dijo el académico combatir. Aunque a
estas alturas de esta extraña democracia ya se sospecha cómo ha
funcionado la corrupción por sistema y subrepticiamente; la que aún no
se ve, no la descubierta cuyos daños pueden ser menores que los que
verdaderamente estamos padeciendo sin identificarse a los verdaderos
culpables.
No siendo Pablo Iglesias santo de mi devoción es de
alabar la corrección política con la que ha recogido este guante lanzado
por el impetuoso Anson, para convertir la advertencia en un ariete
contra un Gobierno que ya inicia debilitado la legislatura y con la
credibilidad en cuarentena. La imprudencia de Anson en
sus ambiciones personalistas, una vez más, sería más deseable por
oficiosa que la supuesta oficialidad pretendida al pronunciarse en el
aviso contra el avispado líder podemita.
Llama la atención, en la derrota de su influencia que el periodista
ha ido perdiendo con el paso del tiempo, la referencia a múltiples
fuentes en sus artículos como si él fuera muñidor exclusivo de los
poderes fácticos, y hasta inciertos, en esa suerte de ciencia ficción
que se ha ido montando con el objetivo de acaparar la atención, y los
beneficios monetarios que ello conlleva, con tal de no perder la comba
del protagonismo del que tanto gusta alardear.
Ególatra oficioso o indiscreto del oficialismo, lo cierto es que Luis María Anson ha perdido la respetabilidad de tanto malgastarla.
(Gráfico comparativo de Alexa con mucho mayor tráfico en Las nueve musas-Semanario Cultural del que soy consejero editorial y jefe de sección-Opinión, que edita y dirige D. José Rico-que en El Imparcial de Luis María Anson). Qué cosas.
Joaquín Vila es un agujero negro en la economía de El Imparcial.es. No hay lectores a pesar de la apariencia que sigue engañando a los tontos que se publicitan tirando el dinero a la basura.
Antes cualquier especulador con listeza podía comprar rotativas y hacer grandes tiradas de papel para inundar un mercado de fácil acceso al lector potencial. Un director con dinero disponible bien podía ser un mediocre camuflado.
Hoy en día en lo digital solo se ve la calidad de los verdaderos profesionales en igualdad de condiciones. Obviamente, sin trampa ni dineros, Joaquín Vila queda en evidencia con su mediocridad y vulgaridad personal a merced de la competencia que lo arrasa. Pagado por los despistados anunciantes tendrán para sus copas, algún vicio y algo más en el club de los solemnes decrépitos de la Fundación Ortega-Marañón... También espero que para pagar la nómina de los sufridos trabajadores, que me consta que lo son, sufriditos, con un ambiente digamos que enrarecido.
La subdirectora María Cano Ezcurra-ahora lo digo bien que escribía Ezcorría; un lapsus- parece que ha abandonado el barco para irse de directora a Madrid Diario. Resulta significativo que en una entrevista de medios profesionales no haya tenido ninguna mención de agradecimiento hacia Anson. Me temo que no habrá salido demasiado contenta.
No voy a decir aquello tan manido de que cuando se hunde un barco las ratas lo abandonan... porque El Imparcial.es no es un barco, aunque flote a duras penas, intuyo. Cae en picado mes a mes.
A las pruebas me remito que Las nueve musas, Semanario cultural multidisciplinar donde ejerzo de consejero editorial y jefe de sección-Opinión está muy por delante en ranking de El Imparcial.es. Siendo solo de temática de artes, ciencias y humanidades.
O que se publiciten en el diario dirigido por D. Enrique de Diego: Rambla Libre-donde escribo y he hallado la solidaridad con mi causa de JUSTICIA, contra la guarrada que llevo denunciando desde hace casi un año-que cuadruplica en número de lectores al misérrimo El Imparcial.es.
En vista de la evidencia, sugeriría a las empresas que se promocionan en el periódico de Anson que revisaran sus cuentas y comprobaran si les es rentable seguir pagando una publicidad que apenas nadie está captando; porque o están engañados por sus responsables de contratar los anuncios, o es que son rematadamente tontos del bote.
Si quieren mayor rentabilidad a la inversión sugiero que contacten con Las nueve musas, con imparable ascensión de lectores únicos e influencia por la red social, como se puede fácilmente comprobar.
No solo somos todos más profesionales, sino que además contemplamos inexcusablemente la ética para realizar un limpio trabajo con absoluto respeto a los derechos humanos.
El oscuro pasado de un Luis María Anson que labró triunfos a través de oscurantistas estrategias, emerge después de sus muestras de inhumanidad e hipocresía aprovechándose vilmente del trabajo ajeno.
No fui el único sometido al mobbing de Vila consentido por Anson. Por el camino encontré perjudicados que sufrieron las mismas guarradas. Damnificados como Enrique de Diego, actual Director-Editor de Rambla Libre.com quien resultó vitalmente dañado por el mismo modus operandi del perverso hasta lo aberrante Joaquín Vila; recién casado y con un niño de nueve meses víctima de mobbing por un desalmado. Pero tarde o temprano estas criminalidades regresan a cuantos las cometen, así pase el tiempo porque estipulado en el destino está el día de la recogida de las siembras para sus abyectos orquestadores.
Desde que empecé a escribir este blog hace menos de un año los logros han sido sólidos y demoledores, con el fin de dar una lección a estos falsarios de virtudes en la apariencia y obras demostradamente rastreras en cuanto a la ética y la moral que han olvidado embriagados de vanidad y estulticia, despreocupados de la integridad personal.
¿Sabían que en 1982 Luis María Anson fue acusado de estafa y engaños varios pidiéndose inhabilitación y prisión contra él? Suma y sigue más de treinta años después. Sé que en esta farsa de país nuestro, estoy trabajando una proeza de defensa contra el abuso sin precedentes. Consciente de la hipocresía silenciosa de un grupúsculo de gentuza que comanda los medios de comunicación como testigos cobardes y corporativistas que buscan el beneficio importando tres mierdas la moral, la decencia y el sentido común. Cobardes que han permitido grandes injusticias y la crucifixión de no pocos inocentes. Mi lucha es una proeza y esos mierdas afamados no me llegan a la altura de mis empeños ni de mi integridad personal. No me rindo pese a la inmundicia imperante.
Parece ser que el periódico se está sumiendo en un desprestigio que hiede a cadáver todavía sin enterrar. A la suma de las mezquinas estrategias que tantos periodistas conocen y silencian se suma el abuso cuando antes hubo hasta acusaciones de estafa. Algo que no es sorprendente siendo una mezquina estafa parasitaria lo provocado contra mi persona y trabajo.
En aquellos años una dimitida vicesecretaria de la Asociación de la Prensa que presidía Luis María Anson le cantó las cuarenta y lo despachó severamente dejando al aire los trapos sucios de este intrigante ventajista, según se colige de las declaraciones y de los muchos testimonios que he escuchado durante este año con personas que se pusieron en contacto conmigo para ilustrarme sobre el verdadero Anson que se pretende solapar tras el espejismo de los reconocimientos y los premios; meros disfraces con una teatralidad dignificada de cara al público engañado. Él y la comparsa que le acompaña no representan la honorabilidad que obras de tanta bajeza desmienten.
Parece ser que los anunciantes se están espantando en el periódico digital menos algún despistado que sigue tirando su dinero sin saber que El Imparcial.es carece de un número digno de lectores que compense la inversión. Incautos, siguen anunciándose en un espacio fantasma donde se procura ganar dinero sin escrúpulos, abusando de los colaboradores y con una carencia ética vergonzosa que preside el periodista venido a menos y edita la Fundación Ortega-Marañón con graves problemas de credibilidad en su didáctica labor docente con moral de charanga y pandereta.
Por otro lado, ya no aparece en el cuadro de Dirección la subdirectora María Cano Ezcurra que ahora dirige un periódico de Madrid dejando vacante su plaza. ¿Abandonado el barco por los que se huelen el naufragio?
A ver si voy a ser un excelente y justo adivino...
Me creían en indefensión y Vila me dio por un caso cerrado después de asfixiarme durante meses para darme un puyazo final; tal cual hizo treinta años antes con Enrique de Diego al que destrozaron temporalmente la vida siendo un joven recién casado y con un hijo de pocos meses. Joaquín Vila, el frustrado segundón, es un ser muy suyo; a tenor de sus actos maliciosos, igual proviene de esas grietas donde apesta a azufre.
Se equivocó el mezquino abusador conmigo. Yo solo pedía legítimamente una disculpa y un justo pago-meramente simbólico si así se disponía- después de infligirme el daño que parece volverse en contra de tan crueles aprovechados.
Creo cuestión del destino mi encuentro con D. Enrique de Diego para unirnos en la misma fuerza de compensación moral desenmascarando un mal destructivo.
Ahora busco JUSTICIA con la perseverancia tenaz e indignada para alcanzarla. En la batalla por la vida no hay que dejar que nadie nos pisotee y nos trate como a una mierda... antes bien, me quito a Anson, Vila y compañía de la suela de mis zapatos.
El mobbing es uno de los grados extremos de la condición humana por
parte de quien lo ejecuta. He aquí un mobbing contado en primera persona
perpetrado por el fracasado Joaquín Vila, director de El Imparcial, y
Luis María Anson, poli malo, poli bueno. Ignacio Fernández Candela
les quita las caretas con singular maestría y valentía, como aquellos
hidalgos españoles que tenían en mucho su honra y su dignidad.
Bueno, Don Ignacio tenemos un punto en común: ambos hemos sufrido un mobbing y de la misma persona:Joaquín Vila. Usted ha tenido la valentía que yo no tuve: lo ha hecho público, lo ha denunciado…
Ni usted ni yo somos desavisados que no sepamos defendernos de la
canalla. Cuando Vila le sometió a mobbing los tiempos eran otros así
como sus circunstancias personales, don Enrique, recién casado usted y con un hijo de nueve meses. Si Vila
intentó infligir daño antes y después fue por el carácter acostumbrado
del abuso, una característica afín a los seres incompletos que obtienen
satisfacción profesional con escasos méritos personales adquiridos. A
traición además. Los mediocres que viven de la sopa boba se cuidan mucho
de que nadie les haga sombra. Viven en una paranoia no diagnosticada
capaz de crueldades absolutas sin atisbo de equilibrio moral.
Desde esa suerte de lo vulgar viven acomplejados y juzgan como una
amenaza al prójimo, siendo desconocedores de los valores implícitos que
conlleva demostrar la valía profesional en honesta lid competitiva.
Quien es un mal criado, acaba siendo un insulto a la decencia que otros
observamos en el ámbito social y laboral.
Entonces no tuvo modo de iniciar una defensa contra las traicioneras trampas de Vila, pero los tiempos cambiaron. En mi caso lo he denunciado, dado el carácter rastrero de la actuación de Joaquín Vila y la indiferencia por los valores éticos de Luis María Anson,
aprovechando el tiempo de las comunicaciones instantáneas que
posibilita la red informática, perfecto instrumento para propalar una
injusticia que puede desembocar en un juzgado.
Otra cuestión es ese carácter indiferente ante la infamia; la
mezquina hipocresía de un país que se ha labrado un nefasto destino como
consecuencia de sus cobardías, negligencias y pasividades que han
perdurado durante décadas hasta las consecuencias e incertidumbres de
hoy en día.
El mío fue en 1993. Ya se ve que Joaquín Vilano ha cambiado…
¿Cómo va a cambiar un ser que no ha pasado por el estadio de la
construcción moral que significa ser consciente del esfuerzo personal
para valorar el ajeno? Arrimado durante décadas a Anson se han
complementado a la perfección con esa pauta intrigante que ha propiciado
tantos beneficios a ambos a cambio de muchos males causados.
Quien se dirige por la vida reforzando su posición mediante métodos
trampeados y la jugada sucia, está condenado a ser él mismo sin
miramientos, a sembrar inmundicia sin consciencia de la fetidez que deja
como un rastro inequívoco de iniquidad y, en mi caso, de parasitismo
aprovechándose del trabajo al que jamás le ha dado valor con propia
honestidad. Es un ser desperdiciado por la indiferencia que contrajo
como enfermedad, provisto de vida fácil y poco meritoria. Un ser vacío
constituido de instinto y depredación. Una lástima sin redención en lo
reflexivo, sin virtud posible como así demuestra la bajeza de sus actos.
No hay cambio posible en semejante desperdicio de una existencia, arrollando los derechos elementales del prójimo.
YLuis María Anson, que es uno de los
grandes fiascos, de las grandes estafas personales, permite, consiente,
hace de poli bueno para desarmar a la víctima…
Luis María Anson no solo es diablo por viejo sino
por diablo, a tenor de sus sospechosas y sostenidas intrigas que se han
convertido en la sombra acrecentada del servilismo a cualquier precio en
un país plagado de corrupción que cuando no se ha encubierto se ha
halagado, jugando a todas las bandas posibles que la estrategia del
beneficio personal ha permitido.
No conozco a este humanista tan premiado una sola obra constructiva
que no sea dirigida al ensalzamiento personalista y a la adoración
ególatra por la identidad ansoniana. Un necio ejemplo más de talento
desperdiciado con una ceguera de espíritu inherente a seres vacíos que
viven de la idolatría de la influencia y del dinero conseguido con un,
digamos, flexible concepto de la ética.
Puedo decir por experiencia que carece de la dignidad del
cumplimiento de la palabra dada. Su honra por el compromiso personal es
baladí, una pose sin fondo, un gesto obsceno contra el honor en la
promesa.
Me entrevisté con él en su despacho después de escribirle una carta
narrando lo sucedido durante esos meses de desprecios continuados; le
dejé sobre su mesa un libro mío con las columnas de El Imparcial.es
publicadas durante el 2014; me comentó que lamentaba la situación y que
no me preocupara por nada: él se encargaría de arreglar la injusticia
pues consideraba de calidad mi trabajo para el periódico.
Me habló de que se pagarían las colaboraciones y que contaba conmigo
para esa nueva etapa, después de escribir sin remuneración pero con la
perspectiva que hubo siempre de cobrar por esta labor. Me acompañó con
amable deferencia cuando me iba, abriéndome la puerta de la calle y la
del ascensor para despedirme con un “hasta pronto, Ignacio”. Al poco
actuó miserablemente el director con la aquiescencia de Anson que me
escribió un correo comentando que me tenía en la más alta consideración y
que debía atenerme al criterio y la decisión de Vila. Se despedía con
un fuerte abrazo. La traición de Guillermo Luca de Tena
En nuestra primera entrevista, usted dejó caer queGuillermo Luca de Tenamurió considerando aAnsoncomo un traidor. Supongo que es porque se va de Abc y monta La Razón para hundir a ABC.
A raíz de todas estas irregularidades propias de una impudicia moral tan detestable y al tiempo que escribía el blog La Guarrada de El Imparcial.es. Ética según Anson
-que consiguió dejar en evidencia al periódico posicionándose
permanentemente en los buscadores junto a este-, me documenté sobre la
trayectoria de los personajes no obstante se acercaron a mí otras
personas que habían sido dañadas, como usted en 1993, don Enrique. http://guarradaelimparcial.blogspot.com.es/
Con los testigos directos de esas barrabasadas complementé las informaciones que han circulado sobre el daño que Anson provocó sobre Guillermo Luca de Tena
y que el mismo damnificado corroboró hasta el momento de morir. Una de
sus hijas sostuvo el criterio de su padre defendiendo su memoria que ni
el propio Anson pareció honrar. Puede haber distintos prismas para
considerar lo sucedido pero está claro que el dueño del periódico no se
quejaba de vicio y fue consciente de ciertas maniobras oscurantistas
durante la gestión. Muchos achacan la creación de La Razón al desmantelamiento de ABC.
Por otro lado, si nos remontamos a 1982, nos encontramos por internet
con una querella criminal por presunto delito de estafa y otros engaños
contra Luis María Anson, interpuesta por Antena 3 de
Radio y Cadena de Prensa y Radio (CAPYRSA) cuando era Presidente de la
Asociación de Prensa. Se solicitaba al juzgado de instrucción el
procesamiento y la prisión del demandado. En oposición a las actuaciones
del periodista bajo sospecha, dimitió la vicesecretaria de la
asociación profesional. Algo me dice que tal vez no debió de tener un
futuro fácil ni regular.
Quizá desde ese momento Luis María Anson tuvo la
determinación, para lavar su imagen, de compilar premios y
reconocimientos a cambio de los grandes favores que prestó, entre
despachos, por la democracia tan bien avenida que hoy en día disfrutamos
libres de toda corrupción.
Donde otros callamos, usted se ha rebelado. ¿De dónde ha sacado fuerzas?
Del coraje y por los antecedentes como batallador nato enfrentándome
contra todo tipo de injusticias contra mí o contra personas inocentes
que pasan por el calvario de los abusos. La afilada navaja de Ockham I y
II fueron mis dos primeros libros que dieron cuenta de ese carácter
luchador que caracteriza mi vida. Los diez restantes no se quedan a la
zaga de esa impresión batalladora.
Durante el tiempo de desgaste que practicó con el mobbing Joaquín Vila
y compañía, se me fueron acumulando sin saberlo las fuerzas que imprimí
en mi propósito de desenmascarar la oscura concepción de la ética que
practican farsantes de fácil perorata y nula capacidad de discernimiento
moral por el ejemplo de las obras.
El mobbing no es una cuestión laboral, sino una sentencia de muerte civil. Es un abuso de poder y entraña ensañamiento.
El mobbing de siempre es el asesino silencioso del siglo
XXI, extendido como una plaga a propósito de los tiempos de crisis donde
el depredador laboral se manifiesta cuanto más competitivo obliga a ser
la sociedad. Es la oportunidad de los guarros, de los que prescinden
del código ético para mantenerse o ascender; o simplemente para los que
acostumbran al abuso e ignoran los principios éticos por los que otros
procuran regir sus vidas.
Consiste en un método de asfixia de la autoestima, por lo que uno es y
por sus expectativas personales, atentando contra el trabajo, la
confianza personal y el desarrollo del crecimiento en todos los ámbitos,
con especial y deleznable énfasis del acosador en exterminar la
resistencia y la fe en las posibilidades por la práctica de la
superación personal.
Hay que ser muy malnacido para practicar el mobbing con tan
cobarde y sistemático acoso y derribo. Puede decirse que en España esa
degeneración está muy extendida. Somos un país con mucha basura
acomodada, viviendo demasiado bien a costa de personas honradas
incapaces de estas repugnancias.
Usted tendría relación con otras personas de la redacción de El Imparcial. ¿Cuál fue su reacción?
Aquí la gente en general va a lo suyo, don Enrique: fue a lo suyo con el 23 de febrero con ese golpe de estado consumado que llevó a Felipe González
al poder para mangar a destajo y beneficiar a amigachos y arrimados; a
lo suyo cuando se expolió delictivamente, a un hombre declarado inocente
en 1996, un patrimonio valorado en 18.000 millones de euros y que nos
costó dos billones a los españoles; a lo suyo con otro golpe de estado
consumado del 11-M que trajo los retorcimientos zapateristas que ahora
padecemos; a lo suyo va cada uno en este país hasta que le toca de cerca
la injusticia… y ni así.
En mi caso hay quien va a lo suyo y quien mirando por lo suyo se ha
interesado en saber qué sucedía conmigo. Mantenemos comunicaciones por
las redes sociales como si actuaran infiltrados con el enemigo.
Dignos son los que consideran enemigos de la honradez a quienes cometen
estas inmoralidades que a cualquiera pueden afectar. Basta un capricho
psicopático de un aprovechado ejerciendo de jefe para saber qué es lo
que comporta el mobbing. Los compañeros lo son menos, arredrados tras el
oportunismo de la supervivencia.
Recuerdo que en la redacción de Abc nadie, salvo uno, querían
que se me viera con ellos. Es un daño personal muy difícil de describir.
Ese uno valía por toda la redacción del Abc, don Enrique, incluido Luis María Anson.
Encontrar un valiente, un justo, un temerario amante de la equidad
moral, es toda una proeza rodeado como estaba usted de parásitos que no
se dignaron a interesarse por su estado personal.
Afortunadamente, Joaquín Vila es el que recoge sus
siembras y nosotros los que le conocemos bien. La experiencia me dice
que no acabará bien sus días terrenales y tampoco iniciará con buen pie
la transmutación de sus vilezas mundanales cuando atraviese la negra
cortina que le espera con el reflejo de sus viles intransigencias.
Joaquín Vila, un mal hombre
Echo la mirada atrás, y mi conclusión es que Joaquín Vilaes un pobre hombre.
Por lo que a mí respecta es un mal hombre. Pobre lo será cuando
llegue el momento de recoger sus siembras. Para entonces será un polvo
olvidado: tóxico pero olvidado.
Dicen que los masai para pasar a la edad adulta salen solos al
campo para matar a un león. Un periodista para ser tal tendría que haber
buscado y dado una noticia. Joaquín Vilano lo ha hecho nunca. Es un mantenido frustrado.
Ser un mantenido por los intereses ocultos de un hombre público es
toda una frustración. Seguro que le ha devengado todo tipo de beneficios
a la par que iba acumulando las frustraciones que han ido degenerando
en el ser abusivo y acomplejado que muestran aquellos que son incapaces
de asimilar sus limitaciones personales.
Las cuatro esquinas donde se mueve Vila, cuando no
están difuminadas por un estado alterado de la conciencia moral, son
exiguas, ofensivas para su espacio vital de ser a medio hacer. Si no se
comprende la trascendencia del esfuerzo es imposible la valoración, la
identificación con el mérito, la independencia del honor sin vivir
arrastrado a costa del de otros.
¿Y qué será de Joaquín Vilacuando Luis María Ansonmuera?
Seguro que le recorren sudores fríos por la cara granítica pensando
en ello, porque en el gremio todo el mundo sabe que agarrado a las
faldas de su mamá profesional se ha etiquetado como inútil ante los
verdaderos trabajadores del periodismo independiente.
El Ibex 35 acude a El Imparcial.es en ayuda de Anson
por aquello de la influencia sostenida, a duras penas pero sostenidas.
Sin embargo Vila se sostiene en todos los sentidos a expensas de las
migas que le caen de la mesa de su anciano señor a su vez sostenido. Si
el amo muere, el fiel le sigue; tarde o temprano, sin sustento se muere
de asco contemplando en verdad la identidad que la dependencia solapó.
Es lamentable que el nombre de este personaje esté produciendo tanto daño a la memoria deJosé Ortegay Gasset y Gregorio Marañón.
En realidad el desprestigio de la Fundación Ortega-Marañón no parece
diezmar a sus farsantes directivos. Insensibles a las emergencias
sociales siguen conculcando la moral básica aprovechándose del trabajo
ajeno y echando las redes para pescar un alumnado tan sectario en la
ignorancia como pretenden serlo los maestros ignorando las vergüenzas
éticas que arrastran. Vivimos tiempos en que los farsantes todavía son
considerados. Llegará el momento en que la farsa se acabará con las
desvergüenzas públicas al descubierto.
Quienes van así por la vida acaban recogiendo siembras. La Fundación
vive del lucro consentido y subvencionado. Aún así ya se sabe lo bien
que se llevan entre despachos buscando los bocados a cualquier precio.
Cualquier día se lanzan todo contra todos a la yugular desentendiéndose Ortega y Gasset de Gregorio Marañón y viceversa.
Estoy siguiendo con mucho interés su serial sobreJosé María Ruiz Mateos,
al que está reivindicando, él está ahora con Dios al que amaba. Es un
serial muy importante y de fondo que le agradezco que esté publicando enRambla Libre. Rumasa es cuestión importante y me gustaría hablar con usted de ese tema cuando concluya el serial.
En principio lo iba a llamar “Desenterrando aRuiz-Mateos”
por concitar la atención del potencial lector pues en estos artículos
me dispongo a contar todo lo sucedido estos últimos años de vida de José María Ruiz-Mateos,
con quien conviví intensamente en la resistencia atrincherada de las
traiciones de familiares y amigos sumadas a las ya sabidas que dieron
lugar al expolio de 1983. Un título que alude que si su alma descansa
otros creen que enterrando su cuerpo ocultan con alivio sus vergüenzas.
Siendo literalmente vergüenzas, es una aberración enterrarlas con quien
se responsabilizó injustamente de lo sucedido con el Grupo Nueva Rumasa.
Formulo todas las preguntas con respuestas de una realidad que supera a toda ficción que la opinión pública desconoce.
Sirva de ejemplo curioso y asombroso-me cuesta creer al día de hoy
que pudiera vivir tanto a su lado- cuando, acosado por los embargos, el
empresario me pidió que consiguiera dinero para vender lo poco que no
había sido embargado, gestionándolo yo y tratando con gitanos de tramoya
que compilaron en Alondra, 2 las pertenencias para negociarlas y
conseguir liquidez en una situación tremendamente difícil por la
situación judicial.
Muchos son los vídeos inéditos de estos años y las fotografías de
reuniones y momentos cotidianos intentando solventar la situación de
los Inversores.
Aterricé en la vida de D. José María, cuando me
pidió encarecidamente que me implicara en ayudarle, para sumergirme en
un inmenso nido de ratas del presente de entonces y de su pasado. De esa
experiencia he sacado más conclusiones que las manifestadas por mí
hasta el momento. Considero que por una cuestión de justicia, digamos
universal, es tiempo de desvelarlas:
¿Quién fue el máximo responsable, junto a otros, de la quiebra del
Grupo Nueva Rumasa y la emisión de los pagarés? ¿Qué fue lo que pasó de
verdad entre las paredes de Alondra, 2, o en las múltiples reuniones en
casa de Begoña Ruiz-Mateos y Antonio Biondini
donde pretendían manipular al empresario? ¿Quién es quién pese a las
apariencias? ¿Cuál fue la relación con sus hijos? ¿Cuántas peleas hubo
entre hermanos y broncas mayúsculas con el padre?¿Qué sucedía antes y
después de mis intervenciones, presionado, ante los medios de
comunicación?¿Quién pretendió dirigirlo todo por encima de la voluntad
del propio empresario ?¿Quién manipulaba a la prensa para dar a entender
que el empresario estaba senil y demente cuando no era verdad?¿Bajo qué
interesadas presiones pretendían que actuara yo ante los medios
públicamente?
¿Cómo era Teresa Rivero con su marido? ¿Le torturaba
psicológicamente desgastando la salud del empresario?¿Qué comía, estaba
asistido higiénica y alimentariamente?¿Qué pensaba y callaba de Antonio Biondini?¿Se
sentía abandonado de todos incluso de quienes decían quererle mucho
ante las cámaras? ¿Cuántas iniciativas con la gran banca se tomaron,
cuántas reuniones, con quién buscando soluciones? ¿Alguno se libra de
ser un miserable en ese antro conformado personal y profesionalmente
alrededor de Ruiz-Mateos? ¿Por qué desconfiaba de sus abogados? ¿Es la familia Ruiz-Mateos
merecedora de vivir en paz y sin tragedias después de los muchos
perjuicios causados a miles de personas? ¿Qué esconden unos y otros?
¿Quiénes mataron moralmente al empresario? ¿Qué pasó con los intensos
trabajos realizados para pagar? ¿Quiénes se ocultan ruinmente detrás de
mí, sin dar la cara sobre los trabajos que se emprendieron en España con
múltiples firmas del empresario que conseguí a contrarreloj y con
sentido de urgencia vital durante agotadores años para un proyecto
internacional capaz de pagar a los Inversores?
¿Quiso la familia pagar a
las víctimas de la estafa de Nueva Rumasa? ¿Qué trapos sucios de Antonio Biondini y Begoña Ruiz-Mateos
descubrí casualmente en el 2013 y que me costaron el acoso y derribo
público y rastrero del italiano manipulador y de juego sucio? ¿Pueden
atentar al día de hoy contra la familia que debe casi quinientos
millones de euros? ¿Cuáles fueron las verdaderas intenciones de Antonio Biondini y Begoña Ruiz-Mateos respecto a los Inversores? ¿Fue tan buena hija como la dramática Begoña Ruiz-Mateos aparentó ante los medios? ¿Qué pensaba el empresario de sus hijos y que dejó por escrito? ¿Qué sabía de Antonio Biondini y Begoña
que fingía no saber? ¿Quiénes le abandonaron después de sacarle todo el
dinero que pudieron durante la bonanza económica? ¿Dónde puede estar el
dinero de los Inversores y quiénes dicen estar implicados en el
ocultamiento? ¿Le importaba al empresario pagar a los Inversores por
humanidad? ¿Qué se escondía tras la apariencia que no se captaba
públicamente durante los últimos años de la vida del empresario?
Muchas gracias, don Enrique. Hasta la próxima cuando usted guste.
Este artículo publicado en Las nueve musas-donde ejerzo de consejero editorial y jefe de sección-Opinión-, podría estar en El Imparcial.es de haber encontrado honradez en Luis María Anson y decencia humana en Joaquín Vila. Mis artículos son muy leídos y valorados. No hay ningún guarro que borre las preferencias lectoras por las redes sociales. Así sucede con los publicados en Rambla Libre con gente muy interesada en saber qué hay detrás de la apariencia pulcra en las formas de Luis María Anson que se comporta de manera pútrida en cuanto a los fondos éticos y morales. Cuestiones que están conformando una serie de publicaciones en busca de cierta justicia elemental contra la hipocresía más lacerante practicada por estos impresentables ejemplos de caduca honorabilidad, definidos por sus actos.
Los
políticos no advierten la inteligencia de los electores en este inmenso
tablero de ajedrez donde las dos españas están confrontadas frente a
las urnas.
Contienden inteligentemente, imponiendo una voluntad de criterio
que sobrepasa el análisis de la situación que los partidos políticos
pervierten buscando intereses proselitistas, mientras los ciudadanos
observan y deciden la estrategia que sus representantes han de llevar a
cabo.
¿Es inteligente mantener un país sin dirección gubernativa? Lo es
tratándose de la voluntad soberana de un pueblo al que no convencen sus
representantes políticos. Lo cierto es que esta situación de hastío se
ha convertido en una decisión madura de unos electores que representan
democráticamente la traducción institucional de esta complicada Torre de
Babel donde tantas lenguas pretenden imponer una comunicación que
satura políticamente. Y esto no es un castigo divino sino el resultado
de dar rienda suelta y alimentar los intereses dispares de cada cual
hasta el extremo de que múltiples codicias pretendan llevarse el mejor
bocado de un conjunto nacional que se resiste para no sucumbir en el
embate del todos contra todos. Se defiende este país por sus electores,
siendo la voluntad popular fiel reflejo de una intención que trata a sus
políticos como si fueran títeres. Pura sabiduría.
El pueblo está sacando los colores a sus representantes. No a los
rivales sino al conjunto político, a la sazón los culpables de las
miserias del país.
Vota sin convencimiento pero firmemente enojado, con la prioridad de
la crítica antes que la del consenso. Busca plasmar democráticamente la
constancia de los descontentos sin dejar de poner a prueba a los
candidatos. No es un voto inamovible sino susceptible de cambio así como
lo es también la decisión de votar en blanco. La ciudadanía está
probando y no deja de observar.
Las antes inevitables elecciones generales iban a conllevar más
decisión práctica y menos vacilación, buscando reflejar la
insatisfacción pero en la apuesta por levantar el castigo a los
causantes de los males, así remediar peores incertidumbres. Lo de
Galicia no es casualidad ni un capricho temporal, sino una oportunidad
sin que se pueda decir que hay un gesto de confianza. Es la listeza del
ciudadano que no tensa más la cuerda sabiendo lo que se juega por las
novedades de tintes bolivarianos en unión con los múltiples partidos que
pretenden la escisión del territorio español.
Ceder no significaría dejar de tener la sartén por el mango. El
pueblo ante las urnas cocina a sus políticos y, si es menester la
antropofagia para sobrevivir, se los fagocita. Tal cual sucede con los
perdedores de estas últimas elecciones autonómicas que son las
marionetas de lo que verdaderamente mueve enérgicamente los hilos: la
hartura de una soberana voluntad popular.
Los ciudadanos de derecha e izquierda tienen muy claro cuál es el
percal político existente y con quién se están jugando los cuartos de
sus ahorros y de sus vidas enteras. Ellos mandan y si hay que poner al
político a hacer el pino lo obligarán a dar su discurso boca bajo. Es la
realidad inteligente de un país que no traga a la clase política pero
sabe muy bien lo que arriesga y hasta cuánto puede apretar la soga del
inconformismo sin llegar a estrangularse.
Dos elecciones generales, otra que parecía en ciernes antes del
golpe de mano contra el díscolo Sánchez, y antes las municipales
brindando la alternativa a los aficionados populistas, los ciudadanos no
han dado el brazo a torcer exhibiendo la ineptitud de quienes los
representan. Pero hay cambio de ritmo. Unas autonómicas en Galicia y
País Vasco dirigen el timón con orientación previsiblemente
resolutiva, después de navegar en círculos y con la calma chicha de la
aprensión hacia las promesas políticas.
En este barco los grumetes son de la clase política, porque lo que
marca el norte socio político del país con este inédito estadio de
indecisión para formar un Gobierno estable, es la actitud de los
electores frente a la política nacional. Están representados todos
según una percepción anímica que es lo que trasciende diáfanamente para
comprender la duda y el hartazgo de la calle como primordial motivación a
la hora de depositar un voto.
Las últimas elecciones en Galicia y en el País Vasco aclaran
aparentemente el panorama y despejan las incógnitas de la indecisión que
ha regido el horizonte político estos últimos meses, cuando hasta
anteayer parecíamos abocados a una nueva cita electoral para intentar
dirimir el vacío de poder cuyos perjuicios son evidentes e insostenibles
sin atisbo de solución. Aclaran solo aparentemente.
El triunfo del PP está condicionado por el hartazgo de los gallegos
que quisieron probar suerte con las mareas populistas. No es una
reconciliación del electorado del Partido Popular sino una decisión de
supervivencia para evitar que influyan en sus vidas peores
condicionamientos socio políticos de extremismos que se saben ya dañosos
después de mostrar las intenciones. Los gallegos han dejado de echar el
pulso al partido que nos les convenció para evitar peores males del
radicalismo independentista, entre otros. La deriva separatista no hace
patria gallega que parece estar incondicionalmente unida al destino de
la España conjunta.
Las bases militantes del PSOE han dejado patente su desilusión sin
cejar en el empeño de seguir retando al partido de Pedro Sánchez que no
parece estar en consonancia con los deseos electorales de sus
seguidores. Al no perder mucho por no jugarse nada, los gallegos y los
vascos han querido puntualizar el descontento prolongado mostrando la
evidencia de falta de liderazgo que pretendía imponer de manera caciquil
el ya ex secretario general que, como respuesta a los nefastos
resultados, se enfrentaba a los críticos con chulescas actitudes, no
obstante se jugaba la supervivencia personal a costa de un desgastado
socialismo incapaz de contraponer una alternativa.
El bipartidismo, nos guste o no, es el objeto del reto siendo
satélites y factores complementarios las demás fuerzas políticas. La
prueba condicional a los políticos sigue concentrándose en los partidos
de la casta. Ciudadanos no convence en esa difícil posición de
ser la bisagra que cuando contenta a unos pierde las simpatías de otros.
Un inmaduro Rivera todavía no ha aprendido que no se puede intentar
satisfacer a todo el mundo, en vez de posicionar un credo que aun siendo
versátil debería ser inequívoco para no sembrar la confusión.
Todos parecen saber cuál es el sitio donde les pone el votante.
Todos menos el ególatra Pedro Sánchez que a otrora simpatizantes como a
detractores de siempre los puso de acuerdo para contemplar indiferentes
cómo se colgaba de la soga de su ineptitud y necedad personales. Él
mismo ha apretado el nudo y ya nadie tiene interés en mirar cómo se
quiebra el cuello de la ambición, porque no se recuerda peor
parasitación personalista, a cuenta de la política nacional, vendiendo a
todos los suyos. Con Comité Federal o sin él, Sánchez había dado un
salto al vacío donde no cabía la marcha atrás. Los crujidos se
escucharon el sábado evitándose el heterodoxo gobierno del cambio que
habría acabado con el PSOE siendo testigo interesado la complacencia
podemita.
El bloqueo puede darse por finalizado con la caída del insurrecto
ex secretario general que estaba dispuesto a venderse gobernando junto a
un totum revolutum de socios intrigantes e imprevisibles. Pero es solo
una estrategia de supervivencia en un partido que espera su oportunidad
si Rajoy no aprende la lección de la deslealtad en cuanto al compromiso
electoral.
Con esa simuladora corrección política que tanto nos ha dañado por
sus hipócritas ocultaciones, las espadas están en alto que no los
cuchillos entre los dientes. Esto torna a parecer un duelo entre
caballeros de la política, aunque ya nadie confíe en los principios de
los contendientes ni en la utilidad de los candidatos.
Encorajinados, otros tendrán que seguir sin izar el pabellón pirata aun tan cerca como han estado del abordaje de España.
El 21 de septiembre, El Confidencial Digital publicó los datos de un estudio comparativo del contador Comsore sobre cuatrocientos digitales, en los que El Imparcial, de Luis María Ansón y Joaquín Vila, salía en los puestos de cola con 36.000 usuarios únicos.
Tratándose
de un digital puesto en marcha en 2008, con un equipo cuantitativamente
nutrido, se trata de un rotundo fracaso periodístico, que muestra la
decadencia, en todos los sentidos, de Luis María Ansón; la pérdida de interés e influencia del citado, y también la incapacidad completa de Vila
para generar un producto mínimamente competitivo. Esto representa un
claro descrédito para la Fundación Ortega-Marañón que avala este digital
irrelevante: José Varela Ortega es su editor.
Sin
embargo, y mostrando que en España la publicidad no funciona por
criterios objetivos sino por amiguismo y solidaridad de casta, El Imparcial
parece la guía del Ibex 35. Algunos de los anunciantes de un digital
que anda en el furgón de cola son: Movistar, La Caixa, Abertis, Gas
Natural Fenosa, Iberia, El Corte Inglés, Vodafone. Además, de publicidad
corporativa de la Fundación Ortega-Marañón y el Instituto Universitario
de Investigación Ortega y Gasset.
(Esta noticia ya llevo anunciándola hace mucho tiempo. Los que se publicitan en El Imparcial.es no se enteran del engaño). Y para más inri son unos aprovechados sin ética personal ni profesional. Es fácil augurar problemas corporativos para estos simuladores de la moralidad.
Enrique de Diego Donde otros callan y se pliegan, Ignacio Fernández Candela,
brillante escritor, prestigioso crítico literario de amplia sabiduría,
artista de éxito, ha decidido seguir la senda de la dignidad y denunciar
a dos personajes sin escrúpulos morales, Luis María Anson y su lacayo Joaquín Vila. Hablamos de un hecho muy grave, de un mobbing, de un delito, que probablemente la Justicia tendrá que depurar. Ignacio Fernández Candela,
con la verdad por delante, en una entrevista que no tiene desperdicio,
muestra que aún que queda dignidad en España, que aún hay caballeros
españoles y que aún hay salvación en esta putrefacta selva de
hipocresía, cinismo y mendacidad.
Es un placer poder charlar con usted, Don Ignacio. Con La
Guarrada de El Imparcial.es. Ética según Anson ha quitado usted la
máscara a algunos personajes falsarios como Luis María Anson y Joaquín Vila.
A través de su historia ha habido aspectos de mi vida que he podido
asumir y clarificar. Lo que usted describe es muy grave, se llama
mobbing.
Encantado, Don Enrique, es un placer charlar con
usted y comprobar que todas las injusticias poseen rastros inherentes
que, tarde o temprano, implican en responsabilidad a los causantes de
perjuicios contra sus semejantes.
Me satisface corroborar que mi empeño por desenmascarar las apariencias de dignidad de Anson y Vila es legítimo e inequívoco, sabiendo que no soy el único damnificado y
que usted también ha resultado dañado por los tejemanejes inmorales de
gente con tacha… pero muy disimulada. La única semblanza distinguida que
ha de existir por encima de todo reconocimiento es la de la decencia
personal. Algo comprobable si existe ética y moral; de lo contrario nos
encontramos ante un fraude.
El mobbing es un asesino silencioso causante de muchos
suicidios y una práctica cobarde y desalmada que usted y yo hemos
experimentado coincidiendo con la causa.
El mobbing, en efecto, es el intento de destrucción
profesional y civil de una persona y no tiene una motivación objetiva,
pero sí me gustaría que contara los hitos del acoso profesional por
parte de Joaquín Vila.
En Marzo de 2014 conocí personalmente a Anson y
después de departir unas horas con él pedí que examinara un libro mío
con una compilación de artículos periodísticos. Me asignó como
colaborador en El Imparcial.es mandando una columna no remunerada cada semana, con la expectativa de pagarla cuando el balance económico lo permitiera.
En principio todo fueron melosas amabilidades por parte de la responsable Carmen de la Vega,
pero al cabo de unos meses advertí que mi columna era ubicada
permanentemente en última posición. Al indicarlo se me dijo que si
buscaba más prestigio siempre podría irme a escribir a otro periódico.
Los desprecios se fueron multiplicando e incidían en mi trabajo y la
interacción en las redes sociales borrándose, en dos ocasiones, miles de
me gusta de Facebook o valoraciones de Twitter, sin disculpa
ninguna. Se daba la circunstancia de que mis columnas, como siguen al
día de hoy, estaban posicionadas en los primeros lugares de buscadores
como Google y la interacción con redes sociales de artículos de Vila,
Anson y la subdirectora, María Cano, eran insignificantes. De ahí los recelos callados pero tangibles en las acciones que tomaron contra mi labor.
Cuando había entregado cerca de noventa columnas, llegó la
comunicación de una reestructuración que implicaba el envío de una cada
quince días y la expectativa de mayores cambios que se transmitirían
personalmente en su momento. Comprobé que la reestructuración solo me
afectaba a mí y se rechazaron columnas puntuales que no servían para
nada cuando me tocaba publicar por haber quedado desfasadas en temática.
Así fueron minando la moral hasta que advertido de la intención infame
me entrevisté con Luis María Anson, quien me comunicó que lamentaba lo
sucedido y que contaba conmigo ya que a partir de Enero de 2016 estarían
considerando la posibilidad de pagar colaboraciones.
Al poco, Joaquín Vila en un correo personal dijo que
prescindía de mis aportaciones por la “escasísima” calidad de mis
columnas y porque no me leía nadie. Anson me escribió un correo lamentando la situación y pidiéndome que acatara la sucia intención de Vila.
Cualquier intelectual puede ratificar la calidad de mis textos,
incluidos doce libros publicados, para refutar la vileza del director
que no dudó en llamarme analfabeto. En Google está la permanente huella
de mis columnas punteras. Al día de hoy buscando “pablo iglesias el imparcial.es”,
verbigracia, se puede comprobar que mi artículo “El único Pablo
Iglesias” continúa, desde el 2014, siendo lo más leído sobre Iglesias de
todo lo publicado en el digital.
La realidad fue otra que cristalina y profusamente explico en La
Guarrada de El Imparcial.es. Un título de blog cuidadosamente
seleccionado para concitar la atención sobre esta aberrante actitud más
que indecorosa de Anson y Vila.
Joaquín Vilaes un personaje muy frustrado,
porque nunca ha hecho nada real, nada por sí mismo, siempre ha sido el
tiralevitas de Anson. No sé si eso ha seguido así en El Imparcial.
Desde que Vila actuó con semejante desprecio hacia
la ética elemental e inicié la redacción de La Guarrada de El
Imparcial.es-que está posicionado permanentemente junto a El Imparcial.es
en buscadores como Google-mucha gente me ha ido informando sobre las
innúmeras vilezas practicadas por este reconocible segundón, cuya
frustración reside en la mediocridad que compensa con una absoluta falta
de escrúpulos, a decir de muchos; una virtud deleznable muy a propósito
para cumplir los designios intrigantes de Luis María Anson.
Sus proyectos profesionales han sido un fracaso así como su condición
personal que no es ignorada en el gremio que le respeta poco y mal,
disimuladamente por la influencia ansoniana, sin cuya perenne presencia Vila
sería un absoluto fracasado; además, en la frustración absoluta habría
sido, más que imprevisible, un incontrolable trasegador de ruinas
propias y ajenas.
Usted, don Ignacio, decide resistir, se rebela.
Por supuesto, sin concesiones. Envío unas respetuosas misivas a Anson
sin que responda y colijo que no trato con trigo limpio por muy Anson
que se apellide el señor de las aranas. Esa infamia que pretenden impune
se transforma en un leit motiv para desenmascarar a quienes compruebo
que son seres sin ética ni moral elementales que tanto pregonan. Lo tomo
como una cuestión de Justicia y me propongo, demostrar las falacias de
Vila posicionando el blog al lado de El Imparcial.es en los buscadores y
dejando en evidencia la vergonzosa hipocresía de estos farsantes,
poseedores de conciencias personales y sociales falsarias que además se
erigen como consejeros de la moral en España.
No hay peor desprestigio que sus actos encubiertos. Todo pasa porque sean conocidos.
Si me permite un inciso, Luis María Anson no es un periodista; es un manipulador dedicado al tráfico de influencias y a la corrupción, con su hermano Rafael, y propiamente un cortesano.
Luis María Anson es el paradigma de formas muy
pulcras, asociadas al cinismo, en un fondo putrefacto. El oportunismo
rige sus designios profesionales impulsados por una ambición sin freno
que procura enmascarar tras las distinciones y premios que aglutina como
principal favorecedor de las miserias de poder; los que tocan en cada
tiempo en que él se procura los beneficios inherentes al arribismo desde
las más altas instancias.
Favorecedor de gestiones es el hombre invisible que traspasa las
paredes de los despachos sin dejar rastro de cadenas. Un fantasma
silencioso presto a escudriñar los secretos más convulsos e influyentes y
arrendarse las ganancias arengando con discursivas moralinas incapaz,
por pura y necia vanidad, de predicar con el ejemplo.
Es un prohombre inflado, creado en la artificiosidad de los méritos y
oculto tras las sombras de su verdad que no conviene que sea conocida.
Una verdad tan poco digna como su indiferente inhumanidad
desentendiéndose de injusticias como las provocadas contra usted, contra
mí y contra tantos. Es un desfase moral muy premiado; paradigma del
engaño español en que ha desembocado la actual degeneración de valores
en espectros de la Transición con mucho cerebro y poca alma.
De su hermano Rafael nada puedo decir, aunque sí me
han hablado del dúo. Un perfecto equipo de señores de los que puede
sentirse muy orgullosa la madre, si es que en las metas personales de
sus hijos se contemplaba llegar a la cima sin prestar mucha atención al
modo de la escalada. Ejemplares, sin duda, no sé si para bien o para
mal, pero ejemplares.
En cuanto a lo de cortesano dice bien. Mi padre fue Jefe de Gobierno
de la Casa Real y conocedor de los personajes y estrategias que cada uno
llevaba bajo el brazo cuando visitaban Zarzuela con un programa de
favores y correspondencias que seguramente implicaban posteriores
reconocimientos, dádivas y distinciones. Es extraño que el Príncipe de
Asturias no tenga marquesado; quizá le faltó juventud y menos senilidad
para no pasar a un segundo plano donde ni pincha ni corta,
sosteniéndose a base de aprovecharse del trabajo ajeno y otras
improvisaciones.
He saltado a algunos puntos, pero siento curiosidad por saber cuándo empezó usted a tener relación con El Imparcial.
Conocí a Luis María Anson en marzo de 2014. Aquella
visita de cortesía hacia la persona para la que yo ejercía una labor de
director de comunicaciones y portavoz, trajo consigo una agradable
charla con él de horas. Al despedirse le solicité escribir en el
digital, dándole unos libros de muestra para que los valorara y
decidiera al respecto.
A los dos días recibí un correo de la responsable de colaboraciones
pidiéndome una fotografía y una semblanza personal para incorporarme al
periódico. Sin paga ni contrato, pero con la expectativa de cobrar en el
futuro.
– El mobbing tiene algo de satánico –usted insinúa con sabia ironía queJoaquín Vilaes un hijo de satanás- porque inocula un veneno que nunca sana, se vive con él.
Existe una ponzoña que no se diluye con el tiempo y que se acrecienta
cuando un ser frustrado no toma medidas para mejorar en lo personal,
degenerando en actitudes de vileza que dañan al prójimo de manera
sistemática e irreflexiva.
El mal no comprende sino el objetivo de los daños que pretende. Es
una corta mira de necedad provocada por el extravío de la condición
humana, un acicate del que se alimenta quien está envenenado de sí
mismo. Una malicia sin conciencia es un seguro daño contra los
semejantes que acaba repercutiendo en quien la sustenta.
La ironía a veces es insuficiente para dejar constancia de una
realidad maligna de la que hay que cuidarse y advertir sobre sus
efectos. Pero no hay otro modo de expresar sutilmente lo que nos
inspira asco.
Joaquín Vila y Luis María Anson han gozado de un prestigio social inmerecido, con el que conviene acabar ya. Por dinero, Anson es muy capaz de vender a España y me consta que lo ha hecho.
Las realidades que oculta Anson son las mismas que
silencian otros tras esas paredes del poder en que muchos se han
beneficiado del oportunismo en nombre de una excelsa patria. La mentira
influyente se ha convertido en la verdad al descubierto de una
corrupción que pulula sin freno después de extenderse durante décadas.
La hipocresía ha sido y es la premisa de los que con aparente
virtuosismo han maniobrado a espaldas de los españoles, manipulando con
picaresca y falta de escrúpulos, aprovechando el juego sucio que ha
brindado una España en transición y con aparente devenir democrático.
El prestigio de Anson, manteniendo a mamporreros a su lado, es una
pose sin veracidad, un espejismo irreverente de la moralidad en este
país nuestro del que se han lucrado tantos a cambio de exponernos a las
incertidumbres ya pergeñadas por las codicias que durante años han
circulado sin freno, de despacho en despacho, enrareciendo la vida
social y política. El colmo es que constatando los perjuicios de esta
pantomima sin ley encima haya que alabar a los causantes de los daños. Luis María Anson sabrá lo que ha vendido o dejado de
vender. En mi humilde y aberrante caso ha prostituido la ética
profesional y la decencia personal. ¿Vender a España? Quizá el precio
que pagamos sea el panorama que nos brindaron tan insignes prohombres de
nuestro pasado y presente.
Vila es simplemente un mediocre.
Así lo considero yo, en cuerpo y alma. No puede considerarse ninguna
aptitud en quien prescinde de la ética profesional para ejercer su
trabajo como director de un periódico; tampoco hay calidad personal en
quien se dirige personalmente por la vida con manifiesto desprecio a la
humanidad. Todo discurso, mediocre o no, queda envilecido por quien
demuestra ser un vulgar abusador y aprovechado del trabajo ajeno.
Una de las razones que explica su comportamiento es su alcoholismo ya muy acusado en tiempos tempranos.
No es usted la primera persona que me lo comenta, D. Enrique. Lo colegí cuando recibí un correo que parecía estar escrito en estado de embriaguez.
Correo que tengo como prueba de esa ineptitud personal-cuánto más la
profesional siendo director de un periódico digital- en que me llamaba,
nada sutilmente, hijo puta y me tildaba de analfabeto. Ciertamente que
la ironía es humor para inteligentes. Un correo que debió escribir
aporreando el teclado y sumergido en rábica saliva después de leer una
elegante carta abierta que le dediqué.
No son pocos los episodios que me han narrado mencionando la afición;
algo que me importa poco salvo si influye para comportarse con esa
crueldad generalizada contra el prójimo.
Me ha animado usted a contar mi historia. Hay, por ejemplo, están las relaciones de Joaquín Vila con Catalina Luca de Tena
que tuvieron mucha importancia en la vida de Abc, hoy en franca
decadencia, y que conozco de primera mano. Espero que cuando las
publique le puedan interesar, Don Ignacio.
Delo por seguro, D. Enrique. Usted es un referente y testigo de las sombras que empequeñecen una labor polémica que Anson
desempeñó contra el propio interés del dueño del periódico; este, en
su lecho de muerte, quiso dejar constancia del sentimiento de engaño que
experimentó con Luis María Anson.
Otro periodista del ABC de entonces, llamado Gonzalo, me puso al corriente de la rocambolesca maniobra de control que propició ladinamente Anson respecto al periódico que dirigía. Joaquín Vila es el comodín de Anson
que igual juega a carta descubierta o se saca un as de la manga. En
este caso el tahúr parece que fue el segundón y la incauta Catalina le siguió el juego para los mejores auspicios pecuniarios del mago Anson, siempre con el conejo escondido en la chistera. Prestidigitador de altos vuelos y rasantes estrategias.
Será un placer leer su publicación e ilustrarme sobre lo sucedido en
un periódico emblemático y tan suculentamente aprovechado en el pasado.
No le importará que muestre mi extrañeza respecto a la presencia
con estos falsarios de la Fundación Ortega-Marañón. ¿Cómo ha podido
caer tan bajo esa Fundación?
El editor de El Imparcial.es es José Varela, quien a
su vez es presidente de la Fundación Ortega-Marañón. A esa fundación
doné recortes de artículos originales -publicados en el Periódico de la
época El Sol– por Ortega y Gasset, desde 1918
hasta el levantamiento de 1936. Una joya de documentación histórica de
la que se han apropiado estos hipócritas enseñantes de humanidades que,
además de robar mí trabajo, se apropiaron mezquinamente de esas
muestras históricas que di en confianza para después soportar lo
indecible.
Anson es señor de tentáculos influyentes y aunque
los vaya perdiendo por la senilidad que ya le hace chochear, según
comentan los lectores de sus artículos, siempre hay codicias cómplices
que se avienen a negociar con la expectativa pecuniaria.
¿Cuáles han sido sus relaciones, siendo usted un prestigioso
crítico literario, escritor, un artista y un hombre culto con esa
Fundación? ¿Cree usted que son conscientes de que su relación con Vilay Ansonles desprestigia en grado sumo?
Desgraciadamente, para la cultura de España esta Fundación es un
antro de hipocresía que al igual que Anson predica mucho sobre las
humanidades y muestra nulo ejemplo de dignidad en tan elementales
premisas como son los derechos humanos.
Una experiencia ingrata en un reducto de codicia y vanidad que está
envenenando la cultura y la sociedad españolas, con reclamos de
enseñanza que ocultan la realidad exponencial de una carencia de valores
en sus directivos. El discurso sin ejemplo es una larga letanía de
inutilidades sin vergüenza.
Son indiferentes a los perjuicios morales contra lo ajeno mientras no
les afecte al bolsillo. Fariseos del siglo XXI que usan como cebo a
Ortega y Gasset y Gregorio Marañón como insignes pretextos para lucrarse
sin miramientos, como es mi caso.
Pobre juventud, qué bajo cae la docencia con tan vulgares precursores del abuso. Todo se contagia.
Hemos estado viendo datos de El Imparcial y la desmerecida audiencia a la que le ha llevado Joaquín Vila no justifica la publicidad de empresas del Ibex, de El Corte Inglés, suena a tráfico de influencias de Luis María Ansón.
No sería de extrañar que en un futuro próximo la incomodidad laboral
que planea en el periódico aflorara contundentemente, habida cuenta de
la manera tan ruin de explotación que han llevado a cabo conmigo y que
es susceptible de extenderse a otros trabajadores.
En el 2012 El Imparcial.es tuvo graves problemas de financiación que
estuvieron a punto de hundir el digital. El mismo Luis María Anson me
comentó con un onomatopéyico soplido de alivio sobre las graves
complicaciones que habían atravesado.
Sin duda que los remanentes de influencia ansoniana mantienen un
periódico fracasado que está nutriendo, supongo que de modo muy
desigual, las arcas de los gerifaltes. Aunque no sería tampoco extraño
que surgieran desavenencias internas si continuara la bajada de lectores
que un periódico dirigido tan hipócritamente se merece.
Los anunciantes de un periódico así son cómplices de mobbing, de la
desatención humanitaria, de la violación de los derechos laborales y
humanos. Ignorantes del abuso aportan una financiación rastrera para
mantener fórmulas de explotación tan ruines como denunciables. Seguro
que algún anunciante retiraría su aportación si supiera del percal
consentido que Anson preside con implícita falsedad personal y
profesional.
Una última cuestión: Ansónes un personaje gastado, sin ninguna influencia, que lo mejor que haría sería jubilarse.
La senilidad sin autocrítica, prescindiendo de la reflexión que
conlleva contemplar un balance de la vida, contradice las ideas y
envanece la actitud hasta rozar la estulticia.
Anson sigue teniendo luces -aunque no la moralidad deseable en un
Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades- pero está
supeditado a los sombrajos de sus oportunismos pretéritos, mendigando
la posición que nunca más tendrá y esperando las migas del poder al que
influenciar como antaño.
Puede haber luces para seguir discurseando y aleccionando moralmente
desde su poltrona, pero ha perdido el norte de la perspectiva personal;
ha extraviado la consideración de la dignidad por el ejemplo de las
obras. Alguien que ha entumecido la humanidad hasta no sentirla debería
retirarse a reflexionar sobre lo que ha hecho real en la vida sin el
reflejo prefabricado del éxito a cualquier precio. Así descubrirse, por
primera vez, a sí mismo.
Muy agradecido D. Enrique. Un placer charlar con usted sobre esas verdades que algunos desearían ocultas.