Que no crean que me pasan inadvertidos. La cobardía, la avaricia del
estar sin ser, de respirar ausente de la existencia, convierte a muchos en
mansas alimañas sin beneficio que alcanzar en esta vida para ser
enterrados tan vacíos como cuando nacieron. Pusilánimes y cínicos.
Sabiendo cómo es este país y sus gentes tan francas, sinceras, nobles y
solidarias no me extraña haber estado antaño solo ante la injusticia-con esos profesionales de la comunicación tan arbitrarios, hipócritas, interesados, hablando por los codos la miseria exponencial de sus almas muy muertas-, batallando
contra una corrupción moral que tanto daño ha hecho a nuestra sociedad.
Las gentes son como son: egoístas, indiferentes, falsas, hipócritas...
solo se preocupan de las injusticias cuando les llegan a ellos. Y suelen
llegar; entonces pasan del silencio a la pataleta con la pasmosa
facilidad que brinda la falsedad generalizada.
Sin embargo yo sí que me he comprometido siempre contra la injusticia; será para equilibrar la balanza de esas elementalidades que pasan por la vida como vegetales sin aportar nada bueno al prójimo. Hay mucha masa aborregada en la simpleza y la vida fácil.
Todo un especial país esta España vertebrada de gentuzas sin corazón que las pían para tener mejor vida, con dispares pretextos ideológicos, sin saber que ellos la convierten en una mierda. Y así es fácil augurar que tarde o temprano terminaremos como el rosario de la aurora.
http://www.elimparcial.es/noticia/138524/opinion/ A este paso el sarcasmo se transformará en vaticinio. Pandilla de cabrones. España es diferente, sí.
Está en los genes cretinos de esta tierra plagada de hipócritas sin sangre en las venas que solo la descubren cuando es derramada por la tierra. Es algo que cuando se va buscando se acaba encontrando.
Sigo con mis batallas de Justicia ante los silentes testigos de un país abortado. Absténganse los mediocres de mostrar otra cara que la que siempre han mostrado. Falsos de mierda. Acomodaticios cadáveres.
Por el contrario, gracias a cuantos no pueden evitar asquearse y se pronuncian venciendo la nauseabunda tendencia a lo indiferente.
1 comentario:
Lo peor, no reconocen que lo son, lo saben pero no se consideran hipócritas, viven con ello hinchándose.
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