GUARRADA

guarrada. (De guarro1). 1. f. Porquería, suciedad, inmundicia. 2. f. Acción sucia e indecente. 3. f. coloq. Mala pasada. Real Academia Española

lunes, 5 de septiembre de 2016

De no ser Anson y Vila ruines aprovechados...



  Los artículos que publico como Consejero Editorial y Jefe de Opinión en Las nueve musas.com, estarían en El Imparcial.es de ser Anson digno humano acreedor de tantos premios a saber con qué excelsas y públicas virtudes ganados. 

http://guarradaelimparcial.blogspot.com.es/2016/05/carta-abierta-masticada-sobre-etica.html 

  Aunque me alegro de la falta de integridad profesional y personal de Luis María Anson que se demuestra en mi denuncia siendo un mangante del trabajo ajeno y un abusador laboral de baja estofa, junto a la comparsa de la Ortega-Marañón y el abusador sin escrúpulos Joaquín Vila. Cada cuál en el sitio que les corresponde siendo capaces de guarradas como robar el trabajo intelectual de los demás y beneficiarse como parásitos sin alma.

http://guarradaelimparcial.blogspot.com.es/2015/12/el-imparciales-aconsejar-sobre-el-paro.html 

  Las nueve musas es de edición más profesional, elegante y repele la gentuza hipócrita desgranando verdadera cultura y humanidad. 

  Este es mi artículo de este lunes que, por cierto, está siendo leído masivamente en la Red.¡Qué lejos me queda el hedor de semejantes elementos, hipócritas y cínicos, que lleva como lastre esta engañada España nuestra! 

Ignacio Fernández Candela
Viernes, 2 de septiembre de 2016

Sánchez e Iglesias

Aspirando suciamente a la gobernabilidad

Nos hemos acostumbrado a lo rastrero, con ese relativismo que hasta cuestionó nuestra identidad como país cuando gobernaba el nefasto Zapatero.
La ingenuidad es uno de los pecados que esta democracia nuestra ha desarrollado en la ciudadanía, mientras unos pocos avispados se encargaban de suplirla con una buena dosis de cinismo político e hipocresía social. Muchos son los listos que se han criado bajo las sombras acomodaticias del proselitismo y han afianzado posiciones de ventajismo previendo las halagüeñas disposiciones que conlleva la res pública. Así, durante décadas de esta democracia que se mostró eficaz en tanto conviniese a las minorías que guiaban aborregados mansurrones, nos hemos plantado en esta España donde la política tabernaria de múltiples  intereses prepondera por encima de las necesidades sociales e institucionales. Y no es casualidad que hoy sea zancadilleada la voluntad popular impidiendo una formación de Gobierno. Tal cual los parásitos depredadores esperan a que el rey de la selva termine su banquete,  demasiados esperan a picotear los restos.

  El león en España es su resignada gente que regresó a las urnas en segunda ocasión para intentar dirimir la situación que nefastos representantes políticos son incapaces de arreglar. Aunque los buitres y las hienas son secundarios, esperan a obtener la pieza entera que brinda el trabajo hecho por otros. Del mismo modo actúan PSOE y PODEMOS aguardando a que sea inviable una investidura de Rajoy para justificar la formación de un gobierno-lo dicen progresista, tal cual lo es el chavismo en Venezuela que en España nadie ha legitimado.

  El erario público es la barra libre de estos caraduras que deberían estar al servicio del pueblo bajo el yugo de la carestía y el altruismo sacrificado; pero claro, de ser así no habría clase política sino gestores honrados sin el motor de la ambición insaciable. Gestores como no son Pedro Sánchez ni Pablo Iglesias a la espera de una pirueta de toco mocho político para encaramarse como monos al árbol de la presidencia española. ¿Eso es política ? Sí, en su más puro instinto de estafa sin disimulo, sin duda.

  Obstaculizar una gobernabilidad expresada por una mayoría de votantes no es cuestión de estrategias,  sino las consecuencias de institucionalizar ese carácter sinvergüenza y generalizado que el tiempo ha forjado durante generaciones.


Poco importan los perjuicios causados contra las gentes desgobernadas, porque esa desintegración moral y ética demostrada es conveniente para la desvalorización de la identidad y de los valores históricos de nuestro país. Gente sin lugar ni voluntad, dispuesta a pagar impuestos sin protestar. Así nos quieren dirigidos por codicias personales y proselitistas.

  Solo en España es posible un espectáculo tan patético e incoherente demostrando un todo vale sin sentido del ridículo. Con las ambiciones particularistas de partidos políticos que pretende desbancar una voluntad popular, se fragiliza un país para devorarlo sin resistencias y abismarlo en el relativismo que hoy hace posible una desintegración nada casual de una identidad española múltiplemente amenazada. Se aspira a convertir una unidad vital en el insano oportunismo de los reinos de Taifas; las intenciones históricamente repetidas que suelen desembocar en una convulsión acrecentada con desastrosas consecuencias.

  Sánchez e Iglesias son ante todo egocéntricos, sumisos a las inspiraciones de la vanidad e instruidos para alcanzar los propósitos que históricamente avasallaron los derechos civiles de muchos países bajo el yugo de las autocracias. Son germen de un mal mayor,  proclives a la necedad y al endiosamiento. Precursores de la desintegración histórica que tanto daño ha hecho a la voluntad constructiva de la humanidad pese a las muchas adversidades sufridas. Advertirlo no está demás. Se aliarán con lo que sea y a conveniencia.

  No aprendemos. Siempre lo que implica insolidaridad acaba siendo demolido por la codicia y el intrínseco carácter de las ambiciones sin freno. Primero aspirando al todo para desgranarlo en partes y luego terminando por devorar las partes escindidas del todo. En esta España decadente no hay otro interés que la vanidosa concurrencia de la ambición y la exclusión en cuantos instigan para desorganizar en busca de otros órdenes previsiblemente desastrosos.

  Pedro Sánchez y Pablo Iglesias callan ladinamente y dejan que el rival político se consuma con los vanos intentos de que se posibilite una investidura. Parece que no se cruzan saludo por la calle, pero follan en la misma cama. A escondidas, con la prudencia silenciosa del buitre que ronda el banquete volando en círculos antes de aterrizar. Avisando al resto de que hay suficiente para picotear. Aunándose con las hienas en incómoda compañía pero pacificados los unos y las otras con la expectativa de llevarse su parte. Así es la relación exitosa de los oportunistas, de los amantes prohibidos, de la parasitación a expensas de un país consumido.

  Con Sánchez e Iglesias sexo y parasitación se unifican en una misma intención escabrosa, desviada. Callados placenteramente, con los picos y los colmillos prestos para hincar en el poder las ganas de nutrición personal, devorando una sociedad presa de proselitismo enfermo; son estos dos secuelas de un crecimiento democrático con raíces ponzoñosas y que hoy demuestran lo retorcido que nos creció el árbol.

  Hoy en día las urnas posibilitan, por la insana moral extendida sin vergüenza, que políticos fracasados manguen la gobernabilidad de un país. Juego sucio y depredador, cierto. Pero ya se sabe que en la cama todo está permitido con el consentimiento de dos. Son esas permisivas aberraciones con politicastros de turno que si se salen con la suya terminarán dando a todo, disculpen la expresión, por saco. Puro masoquismo, consentido, de esta democracia nuestra tan mal aprendida.

Ignacio Fernández Candela

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