GUARRADA

guarrada. (De guarro1). 1. f. Porquería, suciedad, inmundicia. 2. f. Acción sucia e indecente. 3. f. coloq. Mala pasada. Real Academia Española

jueves, 14 de abril de 2016

Los puercos y deshonestos comportamientos de la Fundación Ortega-Marañón


  Contemplamos el panorama socio político y no atisbamos que la podredumbre engendrada proviene de centros aparentemente inocuos desde donde germinan los males que la sociedad acusa, aplaudiendo a los ejecutores de las miserias. Engañan, disimulan, pero son los causantes de la derrota de los valores en España. Cultura y moral como pretextos para sacar dinero. Eso es lo que importa.

  La Fundación Ortega y Gasset es un ejemplo de esa hipocresía. No solo por guarros podrían pasar algunos de allí, considerando guarros  los que provocan guarradas de juego sucio-como es aprovecharse del trabajo ajeno y embolsarse los beneficios-, sino también por malnacidos si nos atenemos al refrán que alude a lo desagradecido. Yo llamo a los abusadores también mamarrachos de baja estofa, pues no merecen respeto ninguno quienes son capaces de actuar así. En cualquier ámbito social son la despreciable carroña que rompen las reglas de civismo para imponer un juego rastrero de oportunismo y abuso. En otros tiempos esa especie insana era guillotinada.

http://guarradaelimparcial.blogspot.com.es/2016/01/las-putridas-raices-de-el-imparciales.html 

 Además de escribir durante dos años sin cobrar en el periódico que edita la Fundación, El Imparcial.es, se quedaron con una donación que les hice al principio con gran cantidad de históricos documentos: recortes de periódico originales, de los artículos publicados en EL SOL y otros diarios de época, con autoría de Ortega y Gasset desde el año 1918 hasta los tiempos de la Guerra Civil Española. Una generosa y bienintencionada donación que permanece en la Biblioteca de la Fundación que, además de robarme mi trabajo, no pagarlo y lucrarse con él y someterme a un repugnante mobbing, añade la ingratitud de los más pérfidos caraduras quedándose mis documentos históricos; los doné para protegerlos y cumplir la voluntad de un magnífico intelectual después de regalármelos su insigne viuda,  desconociendo que estaba tratando con malnacidos por desagradecidos, guarros por hacer guarradas; en fin, con aprovechados sin conciencia.

  En esta Fundación de códigos de ética indefinida se representan muy a propósito las palabras de Jesucristo quien decía: "No deis perlas a puercos porque pueden revolverse e intentar destrozaros". Sin duda, Jesús se refería a esta clase de puercos.

http://guarradaelimparcial.blogspot.com.es/2015/12/el-trabajo-se-respeta-se-paga-y-no-se.html 

  No es extraño que Anson esté relacionado con los de su misma condición. Seguro que la raíces pútridas se alimentan de las mismas carencias de conciencia que está demostrando.

  La Fundación apesta con guarradas de este tipo.  Lo tienen todo mal rebozado  en ese espacio vergonzoso, heredado de prohombres para convertirlo en un kiosko de miserias humanas que aparenta dignidad cultural.  En la Fundación Ortega y Gasset-Gregorio Marañón no solo se actúa guarramente, obviando moral y conciencia en grado elemental,  sino que además son desagradecidos en grado sumo hasta lo mal nacido, si consideramos la sabiduría popular que define a tanto indeseable cuando actúa tan inicuamente.

  Invitado por Carmen de la Verga, la que resultó ser cínico instrumento de la vileza de los responsables del periódico,  a los pocos meses de iniciar mi colaboración con El Imparcial.es pisé la Fundación. Percibí en el ambiente cierta solemnidad en el silencio aunada con una percepción desagradable que parecía sobrevenirme más allá de los estrictos sentidos de la vista, el olfato o el oído. Quizá estaba intuyendo el tufo sobre un desarreglo moral que gravitaba en el ambiente, convirtiendo mi visita en una confusa mezcla de extrañas intuiciones que no me procuraron bienestar. No me gustaba la gente que veía. Me recordaba a esas películas en que el protagonista se acercaba sin saberlo a las puertas del infierno, donde unos sectarios hijos de Satanás recorrían las estancias silenciosa y discretamente ocultando el verdadero ser conjunto de malignidad que guiaba sus ponzoñosas conciencias.

  No solo era el silencio de un trabajo con carácter intelectual, también advertía una estridente hipocresía más allá de la apariencia, una oscuridad subyacente entre las paredes de lo que pude comprender solo era un antro de mojigatería, caradura, insolvencia moral y falsedad acrisolada por el paso del tiempo y la apariencia de una inexistente dignidad. La honradez era un vestigio que quedaba como un pegote estético en las alacenas de la intelectualidad, siendo la deshonestidad el fin primero y último de una Fundación desprestigiada por las obras de sus responsables. Lo intuí antes de saber cómo eran de verdad: meros títeres de la indigencia moral y la avaricia que escenifican sus teatros de honorabilidad en ese guiñol ubicado en la calle Fortuny. Si Ortega o Marañón levantaran la cabeza, los herederos parasitarios de sus obras se las aplastarían silenciando cualquier atisbo de conciencia.

  Desagradecidos son los que disponen de un trabajo que no pagan, les rinde beneficios y procuran el hundimiento personal y profesional de la víctima. Malnacidos inmundos sin duda.

  Para más inri no solo se aprovecharon de esas 90 columnas punteras en Internet y que siguen rindiendo beneficios publicitarios al día de hoy, sino que los muy hijos de sus madres se quedaron con gran cantidad de documentos históricos que doné con buena fe a la Biblioteca de este espacio prostituido por algunos viles proxenetas de la cultura. Más bajo no podía caer la intención especulativa de los que pérfidamente generan injusticia, cagándose en las memorias de los insignes hombres a los que han montado semejante institución sin honor. 

  Puercos revueltos que se quedan las perlas. Así es este mundo falso donde tantos respetados sinvergüenzas viven del cuento de la integridad personal y profesional. Del puto cuento. Ya habrá quien defeque en sus tumbas de mierda, como ellos evacúan sus podredumbres sobre la ética y la moral de la que prescinden para seguir llenando sus pantagruélicas tripas. Así se las devoren los gusanos después de robar con tanta indecencia.

Se me sigue debiendo un pago justo por un trabajo realizado excelentemente, posicionado en primeros lugares de Internet, y una disculpa por esta guarrada que define a sus causantes. Alguno habrá decente con voz y dignidad que considere inadmisible lo que han pretendido hacer conmigo y mi labor.

http://guarradaelimparcial.blogspot.com.es/2016/01/respuestaborracho-de-joaquin-vila-y-mi.html

http://guarradaelimparcial.blogspot.com.es/2016/04/mis-3715000-vistas-en-google.html 

  Cultura del demonio: mucha palabrería solemne y muy sucias actitudes.

4 comentarios:

Unknown dijo...

La donación que aportaste a la Fundación Gregorio Marañon es de incalculable valor. Valor y mérito el tuyo como escritor y trabajo realizado para El Imparcial.

Unknown dijo...

No los puedes demandar ?.

I.F.C. dijo...

Es un agujero de gente sin decencia, Encarna, inexplicable encontrar un antro de tanta putrefacción moral pero es lo que hay. Todo se está acometiendo y lleva su tiempo.

Unknown dijo...

Hay muchas personas que se hacen la misma pregunta que Encarna. A las gentes les indigna tan inadecuado comportamiento en lo que aquí nos ocupa.