¿Que pague el contribuyente, escribe Anson hoy? Anda ya el que fue a hablar ¿Y a mí quién me paga pandilla de ilustres y verborreicos teatreros, noventa columnas que siguen posicionadas en primeros lugares plagadas de publicidad? ¿Quién es tan honrado para disculparse por un trato de bestias que me han dispensado estos muy civilizados y cultos hipócritas? Tiene cojones, con perdón, el académico que ha parasitado, explotado y abusado de mi trabajo en El Imparcial.es, sin respetar básicos derechos de humanidad. Cojones tiene que no sabe dónde meterlos el honradísimo señor. Se le salen de la bragueta hasta cuando está sentado. Valiente protestón.
En su artículo de hoy Anson habla de que el contribuyente ha de pagar los exabruptos políticos de un país sin gobierno y abocado a nuevas elecciones. El académico da lustre así a una hipocresía típica del aprovechado en España: la del falaz embaucador por la palabra que es incapaz de corrección moral en el ámbito privado, tal y como muestra con ese carácter explotador y parasitario que se gasta aprovechándose, junto a la tropa de mendaces culturetas que comanda, del trabajo ajeno.
Si gansonada es toda comunicación
academicista y solemne que se pronuncia sin la demostración de ética
elemental que pueda avalar moralmente a su autor, me temo que no habrá escrito ni discurso que comunique Anson para considerarlo desde el respeto debido, ejerciendo como ejerció conmigo una explotación similar a la de las mafias en países tercermundistas sin reglas convencionales de moralidad y sin ley que vigile los presupuestos básicos de la ética profesional.
Cuando Luis María Anson sigue dirigiéndose a la sociedad con diarreico discurso y vergonzosa jeta, con su casa bien sucia indicando a los demás cómo asear las suyas, nos encontramos con el paradigma del gansón-el que alude a quien siendo personaje influyente, prescinde de la ética en el ejemplo aun presumiéndola en sus comunicaciones habladas o escritas-y advertimos el norte pútrido de la falsedad que han estado señalando brújulas amañadas en un país que ha terminado precipitándose a los abismos de la desvergüenza, a los del puterío de la corrupción sin límites con la destrucción de los valores morales.
Cuando Luis María Anson sigue dirigiéndose a la sociedad con diarreico discurso y vergonzosa jeta, con su casa bien sucia indicando a los demás cómo asear las suyas, nos encontramos con el paradigma del gansón-el que alude a quien siendo personaje influyente, prescinde de la ética en el ejemplo aun presumiéndola en sus comunicaciones habladas o escritas-y advertimos el norte pútrido de la falsedad que han estado señalando brújulas amañadas en un país que ha terminado precipitándose a los abismos de la desvergüenza, a los del puterío de la corrupción sin límites con la destrucción de los valores morales.
En España se está descubriendo el fariseísmo en miríadas de ilustres papanatas que finalmente han dejado que se les vea el plumero de la hipocresía por sus codicias, sus avaricias sin límite, por pura y simple iniquidad y vaciedad del alma.
A tenor de sus impresentables actitudes conmigo, Luis María Anson carece de autoridad moral para aconsejar sobre los designios de un país que debe sus ingentes males a cínicos con semejante calado de codicia sin escrúpulos. Siendo como es un esclavo de sus falsedades, incapaz de la mínima integridad en algo tan sencillamente evidente como es el respeto a los derechos humanos elementales, ¿qué se puede esperar de tan taimado consejero, con hipocresías mayúsculas y faltas éticas de gravosa influencia social?
http://guarradaelimparcial.blogspot.com.es/2016/04/el-renombrado-luis-maria-ganson_25.html
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Las gansonadas son tantas que bastará echar un vistazo a sus artículos pasados y futuros para comprender en la justa medida el calibre de la doblez ansoniana; así podamos entender por qué un país como el nuestro se encuentra hundido en tanta inmundicia tras los sabios consejos-durante décadas que lucraron a muchos lobos con piel de cordero-de gente como él.
1 comentario:
Admirable eres de aguantar esta, me callo el calificativo por si duele, y no solo por esto te admiramos, son tantos tus valores de humanidad que otros, ja, se cuelgan las medallitas, ojalá que no sucediera esto, como bien dices así va este país plagado de hipócritas sin que la gente les frene y siguen y siguen...qué paguen ya lo que te deben y aquí paz y luego gloria.
Tienes profesionalidad para dar y tomar.
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