Cuando comencé a percibir las múltiples irregularidades que se cometían conmigo, ( falta de indexado de mis columnas en los buscadores, enlaces de mis columnas rotos; borrados de más de mil Me gusta en Facebook y cientos de twiteos en Twitter; útima posición reiterada en el orden de columnistas publicados como evidente señal despreciativa etc.) , escribí un correo a los responsables técnicos y de dirección del periódico, además de comunicar mi malestar a Carmen de la Vega, el contacto semanal a quien enviaba los artículos.
Mi paciencia era mucha, pero no percibía la estrategia de desgaste y desmotivación que iban ejerciendo con el fin de que abandonara mi actividad como columnista del periódico.
Obviamente, no recibí contestación y corroboré que no era casualidad la actuación miserable de los que pretendían, con el menosprecio y la zancadilla permanentes, que abandonara mi labor de articulista.
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Estimados Señores:
Debido a un fallo técnico que se provocó en El Imparcial, las valoraciones de las redes sociales en las columnas desaparecieron el verano pasado ocasionando un perjuicio en el desarrollo de mi trabajo. Comprendí que esas incidencias pueden acontecer y no importó en absoluto la involuntariedad de los cambios.
En
esta ocasión Ustedes han modificado el proceso de valoración de los
artículos, borrando, en concreto, cientos de Me gusta de Facebook por
lo que se supone un contratiempo en el modo de interactuar con mis
lectores a través de las redes sociales. Para eso servía lo establecido
por El Imparcial. No comprendo cómo se pretende contabilizar unas
valoraciones de las redes sociales que de la noche a la mañana borran
sin consulta ninguna a los afectados. ¿Para qué dan opción a ese tipo de
valoración si luego lo cambian en lo que aparenta ser poco respeto por
el trabajo de los colaboradores? Las cosas no se hacen así, o al menos
yo no sería capaz de hacerlas de este modo por una simple cuestión de respeto:
tener en cuenta el trabajo de mis semejantes y el esfuerzo que ocasiona
llevarlo a cabo.
En
vista de la poca valoración a la ingente labor desarrollada en El
Imparcial y no siendo perceptor de ningún incentivo , incluso después de
escribir casi 80 columnas desde Marzo de 2014, y advertir que hay una
serie de "obstaculizaciones-por denominarlo así- que desconozco sobre
el porqué de su origen y el interés por desarrollarlas, por favor les
pido que a partir de ahora mis columnas estén completamente al margen de
ninguna contabilización o valoración del lector a través del ¿"Le ha
parecido interesante la noticia"?
No
es de recibo estar sometido a ningún arbitraje o juicio cuando no se ha
respetado el de mis lectores cuyas votaciones, más de cien en cada
columna, han sido borradas demostrando importar poco el trabajo ajeno
que conlleva la exposición en una red social. Muchas gracias.
Atentamente
Ignacio Fernández Candela
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No hubo contestación nunca. Miserables.
1 comentario:
Siempre eran tus columnas las que por una causa o por otra se veían afectafas, querían cargárselas a toda costa, qué gentuza. Quedan en la mente y retina de miles de lectores, señores de El Imparcial.es, esto es imborrable!!!!! De sobra es conocida la excelente calidad de las columnas publicadas de Ignacio Fernández Candela
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