Carmen de la Vega actuó conmigo como una manipuladora muy experta. Procuré ser todo lo diplomático que requerían las circunstancias, porque con amable hipocresía, cuando le advertía que notaba ciertas irregularidades en el trato con mi trabajo, ya me había escrito que si no estaba satisfecho siempre podía dejar de escribir en El Imparcial e irme. Una actitud innherente al execrable Mobbing que practicaba con cinismo acostumbrado. La idea era desmotivarme y provocar mi marcha. Aguanté hasta que un día despaché la hipocresía de aquella manipuladora de emociones.
Harto de desprecios, de trabajo enviado y no aprovechado, de hipócritas amabilidades y de decir que ella estaba desmotivada, como si quisiera proyectarlo hacia mí, la traté como merecía y a la altura de las bajezas que manifestaba, dando por el ojete de sus falsedades.
La estrategia final de Carmen de la vega, fue ignorar mi columna cuando la enviaba y según el director no tocaba, o pedírmela cuando no me tocaba; cuestión que resolvía en unos minutos mandando un nuevo artículo. Una estrategia de desgaste permanente hasta que colmó mi paciencia.
En ese juego de desgaste, finalmente mandé un artículo sobre los atentados de París cuando me tocaba y coincidiendo con el lunes. Lo despreció y en su lugar pusieron otras columnas sin repercusión de actualidad... y se me desbordó la gota que esperaban del vaso de mis aguantes. Había que ser...
Al constatar estas guarradas de gentes sin escrúpulos, les recuerdo que cuando menos se lo esperen recogerán sus agrias siembras.
Como decía aquel afamado actor de malas pulgas: A LA MIERDA.
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carmen de la vega <carmendelavega@elimparcial.es>
Para
Ignacio Fernández Candela
sep 26 a las 3:25 PM
El
director quiere hacer alguna modificación en las columnas de opinión y
para ello te tengo que pedir que mandes tu artículo cada 15 días. De
momento, los lunes, como hasta ahora. A lo mejor tenemos que hacer otro
tipo de ajustes. Gracias y un abrazo. Carmen
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El Lunes 26 de octubre de 2015 12:21, carmen de la vega <carmendelavega@elimparcial.es> escribió:
Hola, Nacho ! Hoy mandas tu columna, no?
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-Ignacio Fernández Candela
En todo caso si cuentas conmigo hoy, escribo y te mando solícito una columna en cuanto me lo confirmes. Gracias, Carmen.
Para
carmen de la vega
oct 26 a las 3:35 PM
Hola
Carmen, por mí encantado que, pese a las muchas adversidades y
zancadillas que padezco con mucha paciencia y dignidad, creo, soy
trabajador y muy cumplidor.
Es
solo que la reestructuración del Director-que solo parece atenerme a
mí-es de una columna cada 15 días, y según esas decisiones no publico
hoy.
Por
mí encantado pero, compréndeme, no quiero mandar una columna como la
del 12 de Octubre-el único columnista que escribió sobre ese tema en día
tan puntualmente señalado pensando en los intereses editoriales de El
Imparcial- y que no se publique. Un menosprecio a un trabajo
honestamente realizado. Mi tiempo y dedicación me cuestan escribir esas
columnas con ya cierta desmotivación, para qué engañarme.
He
dado lo mejor de mí y soy consciente de que algo sucede a mis espaldas.
Ser íntegro y sincero es lo único que puedo ser frente a las
dificultades. Estoy en desventaja.
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-carmen de la vega <carmendelavega@elimparcial.es>
Un abrazo
Para
Ignacio Fernández Candela
oct 26 a las 5:19 PM
Perdona, Nacho. Me he hecho un lío !! Debe ser la desmotivacion. Gracias por ser tan amable conmigo. Un abrazo. Carmen
-Ignacio Fernández Candela <portavozdjmruiz_mateos@yahoo.es>
Para
carmen de la vega
oct 26 a las 5:26 PM
Comprendo
lo de la desmotivación, Carmen. Durante muchos meses estaba muy
satisfecho en mi relación con El Imparcial a través de ti. Pero se ve
que apareció alguien a quien no caigo en gracia y es bastante cobarde
para dificultarme las cosas sin decirme nada a la cara.
En previsión de que necesitaras la columna, te la he mandado acerca del Halloween.
Soy
de al pan, pan y al vino, vino. No tengo dobleces. Quien no valora
el empeño y el trabajo ajenos es digno de que se le cuestione el cómo y
por qué llegó a donde está. Yo solo puedo ser honesto, desgraciadamente,
en desventaja, pero algo me llevaré al otro lado a diferencia de tantas
gentuzas que abusan de la honradez ajena.
-Ignacio Fernández Candela <portavozdjmruiz_mateos@yahoo.es>
Para
Carmen de La Vega
nov 7 a las 11:48 PM
Buenas noches, Carmen:
No
se publicó una columna a propósito del 12 de Octubre el mismo día de la
Hispanidad cuando nadie había escrito sobre ello. Tiempo y trabajo
perdido por una decisión a capricho de alguien poco profesional, creo
yo, con absoluto menosprecio hacia mi persona y trabajo. Yo no sería
capaz de ciertas acciones que definen a quienes las ejercitan . Muy
inteligente y honrada decisión , desde luego.
Extraña
reestructuración por parte de alguien que no actúa limpiamente. Algo
cambió y no fue por mí en este tiempo desde que escribo gratuitamente
para El Imparcial.
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De Ignacio Fernández Candela
a carmen de la vega
¿Reestructurar?
Cuánta inteligencia profesional a la altura de la honestidad, honradez y
aseo básico y moral con el que algunos amanecen para hacer la vida
menos guarra en este mundo de tantos cerdos camuflados. Profesionales
inteligentes y bien intencionados incapaces de desmotivar, obstaculizar y
trampear, sin justificación ninguna, el trabajo esforzado del prójimo
honrado. Eso solo lo hacen los malnacidos. En El Imparcial hay bien
paridos.
Qué
orgullo de profesionales, sinceros, honrados y nada oportunistas o
aprovechados incapaces de juego sucio y rastrero; qué dechado de
virtudes con tan honestos salarios y tan impecables valores morales que
me han demostrado. Qué orgullo tratar con gente tan excelsamente
sincera, pulcra y nada hipócrita que mira a la cara y que va de frente.
Así da gusto entenderse con personas tan normales en un mundo de tantos
mediocres y anormales retorcidos. Así da gusto, gracias.
Lunes -sustitución de mi columna- por alguien que vuelve a publicar el sábado
Sábado
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-Ignacio Fernández Candela
Para
Carmen de La Vega
nov 18 a las 1:45 AM
Imagino
que la "desmotivación" te impide responder al teléfono o al correo.
Cuánto lo siento, siendo tú persona de tan íntegras actitudes y
sinceridades comprobadas.
Si
me permites una reflexión instructiva, aunque seguro que no la
necesitas siendo tú como eres diría que hay que asegurarse obrar con
rectitud, porque la vida devuelve lo que se siembra. Existen
enfermedades que surgen de la noche al día y llegan por rumiar en
demasía las preocupaciones o acumular esas cuentas de perjuicio contra
el prójimo. ¿Te imaginas que se te anunciara la existencia de un
carcinoma ductal invasivo, cáncer de mama? A ti o a la subdirectora,
verbigracia, que nadie está a salvo de estas amenazas cotidianas. 63.000
mujeres al año sufren el anuncio de la enfermedad. Es más, soy
intuitivo y algo me dice que la tal subdirectora es potencial víctima
de un cáncer cuando menos lo espere.
¿O
a tu marido diagnosticarle un cáncer de páncreas que lo matara en un
mes como a mi amigo Julio?, ¿o perder a un hijo en un accidente, o
acuchillado por la noche, o de una explosión en algún lugar de ocio
ahora que el integrismo islámico llega a los hogares? Esas cosas pasan a
los ajenos muy a menudo y rondan cada amanecer sin sospecharlo hasta
que se manifiestan. De la noche a la mañana la vida puede cambiar a
cualquiera. Los confiados ven que esa vida, a veces ganada de manera muy
tramposa, da un vuelco para, repentinamente y sin dar crédito a lo que
sucede, llorar amargas lágrimas de sangre que desfiguran cualquier
rostro antes sonriente. En un instante la existencia, sostenida con
tantos errores morales, se transforma en una pesadilla personal y
familiar.
El
cáncer de mama es horrible, Carmen. Una gran amiga mía
lo ha pasado recientemente en Grado 2 Nottingham. De la pesadilla hemos
encontrado la efectiva esperanza porque al intervenirla vieron que
estaba encapsulado el tumor y sin afectación del ganglio centinela. De
haber sido dañado, habría pasado el infierno de extirparle todos los
ganglios, incluso practicarle una mastectomía, y aplicar unas agresivas
quimioterapias y radioterapias, en una lucha a vida o a muerte. Pero no
fue así y el encapsulamiento convirtió una preocupación vital de
nuestras vidas en una dramática anécdota. Bendita cápsula.
Algunos
van por la vida sin posibilidad de ese milagro. Es como si la vida
tuviera sabiduría para administrar una justicia real que no es la
imperfecta humana. Y es implacable. Lo compruebo en mis 51 años de vida
muy experimentados y luchados con sacrificio.
No
todo el mundo tendrá la misma fortuna de encapsular su mal. Muchos
sanos pero no de conciencia, se dirigen día a día envanecidos, confiados
neciamente, destrozando a las personas honradas en completa
indefensión ante tanta gentuza de aparente dignidad social y
profesional, carente de mínimo escrúpulo; pero esas guarradas,
auténticas guarradas sutiles y muy dañinas para el ánimo de la víctima,
no salen gratis. El día menos pensado la tragedia muerde y algunos
serán tan falsos que se dirigirán a Dios preguntando qué han hecho para
merecer algo así. Lo peor de todo es que son tan ciegos que sus daños a
los semejantes les pasan inadvertidos por ser de insuficientes o insanas
conciencias.
Con
esta reflexión que te comunico, ante todo la amistad tan sincera que
has practicado conmigo este tiempo. Decirte que, por esas vicisitudes
insospechadas con que sorprende la vida, si un día descubrieras un
tumor en el pecho y te diagnosticaran un carcinoma, desearía de todo
corazón que estuviera encapsulado como el de Carmen. O si tienes la
muerte de un ser querido, que sea con la esperanza de un mundo mejor y
que ese pensamiento te resarza del dolor. Si tu marido padeciera una
enfermedad mortal, pediría a Dios que te ayudara a fortalecer el
espíritu comprendiendo la grandeza de esa experiencia. Porque la
sinceridad no es consustancial a la falsedad en las actitudes, en
cualquier caso de verte ante lo peor desearía que sonsacaras la lección
práctica de las siembras y las cosechas para engrandecer tu alma.
Como
el dolor que produce la humillación injustificada, que las lágrimas de
la angustia purifiquen lo mejor de ti. Con toda la misma sinceridad y
aprecio que tú me has brindado este tiempo y sabiendo que hay
sorpresivos dramas, de tocarte vivirlos pido a Dios que te recuperes con
toda motivación.
Y
hecha la reflexión, vamos al asunto de la próxima columna: que sea la
de la repulsiva masacre de Francia que te envié y se rechazó por no
tocarme esa semana. Con la de la Hispanidad se dio la circunstancia de
que estando preparada para el día se despreció para pedirme otra a la
semana siguiente porque ya estaba caduco el tema, ¡bravo por la
decencia!, como si mi trabajo estuviera de saldo que lo está sin haber
cobrado y encima menospreciado por algún gilipollas; en este caso
próximo-que me toca en la reestructuración solo aplicada a mí-
publicáis la mandada de Francia porque se me quitan las puñeteras ganas
de escribir otra tratando con gente tan digna de encomio, dechado de
virtudes morales algo extrañas pero inequívocamente manifestadas.
Creo
que D. Luis María Anson desconoce lo que se cuece en El Imparcial y
cómo algunos llevan el periódico como si fuera un kiosko de favores y
nepotismo. No es justo para un gran profesional y trabajador como él que
tenga entre sus filas algunos elementos de dudosa honestidad,
integridad y moralidad, como he podido comprobar estos últimos meses en
que maldita sea la vida de quienes me la han complicado de modo tan
gratuito y cobarde.
El pesebre que se ha montado al anunciar manduca para Enero apesta,
apareciendo nuevos columnistas, esos sí de continuidad que habrán de
justificar sus redacciones de colegio para cobrarlas-amiguitos, hijos,
hijas... de padres muy dignos, familiares, amantes y amantas por
doquier ante la posibilidad de cobrar-; pero allá cada uno con su
conciencia y con la ley de siembra y cosecha. Lo cierto es que durante
mi vida he visto muchos de los cadáveres de mis enemigos pasar. Muchos
cadáveres de imbéciles con los que me topo; a veces cuando me importa
una mierda verlos acabados y enterrados. Otras veces hecho paladas, no
creas. A poco que tenga oportunidad me aseguraráré de que no se
levanten. La vida da muchas vueltas.
Malditos
cánceres, bendiciones en algún caso que de todo se aprende y algunos
solo entienden esas lecciones para percibir una transmutación de esas
malditas almas que andan por la vida dejando rastros de inmundicia en el
obrar. Accidentes, enfermedades, tragedias... para advertir que ninguna
mala obra queda sin consecuencias. No hay mal que por bien no venga si
se cambia para mejor, y yo que lo vea.
Tú
eres fantástica, así que estas reflexiones no van contigo, me apetece
compartirlas, pero todos caminamos sobre la misma Tierra y nos compete
saber que este es un mundo imprevisible. Mejor estar preparados, al
menos obrando con integridad y elemental decencia en las actitudes, como
bien haces tú.
Un abrazo nuestro.
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Ignacio Fernández Candela
Para
Carmen de La Vega
nov 19 a las 3:02 AM
¡Cuánto
siento tu "desmotivación", Carmen, que te obliga a enmudecer por
teléfono o por correo! Te comprendo tan desmotivada y sincera en el
trato personal, eres todo un ejemplo de confianza y nobleza, de ahí que
sea fácil entender lo que pasa por tu mente.
Hoy
he visto a los columnistas que no están en intermitencia quincenal,
semana tras semana escribiendo sus columnas en esa inteligente
reestructuración llevada a cabo por nobilísimos profesionales que vetan
tan sinceramente mi trabajo. Ah, qué suerte tratar con tan dignos
señores nada parasitarios, nada arbitrarios, tan honrados y honestos que
dan ganas de mantearlos por pura felicidad de que existan.
Lamento,
como te he dicho, tus desmotivaciones. Me dan mucha pena pero siempre
te puedes consolar sabiendo que perteneces a la pandilla de los
favorecidos, los íntegros y honestos orquestadores de reestructuraciones
inteligentes y bien intencionadas. Estoy admirado de sus rostros que
les definen con tanta sencillez en la observación. Tienen todos unas
caras hermosas que les transparentan el alma. Así da gusto.
Otro
de esos abrazos tan sentidos, amiga... y ánimo...¡A motivarse que tú
sirves para esto! Sinceramente, yo no sería capaz pero cada uno vale
para lo que vale.
2 comentarios:
Nacho certero y agudo
Buenos salarios e incentivados por los que les pertenecen a otros, más comisión cuanto más manipulación, es así cómo funciona, es repugnante
Feliz Navidad y que la cesta de la compra les aproveche a usted y a los suyos. Nacho solo se ocupó de lo que ustedes le ofrecieron con gran responsabilidad, cumpliendo con su labor durante todo este tiempo, demostrando su excelentes dotes como gran escritor que es
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