GUARRADA

guarrada. (De guarro1). 1. f. Porquería, suciedad, inmundicia. 2. f. Acción sucia e indecente. 3. f. coloq. Mala pasada. Real Academia Española

martes, 29 de marzo de 2016

El periodismo trilero de Anson


  Le tenía por hombre de honor pero esta inopinada circunstancia en que me he visto obligado a defender de una maldad incalificable, me ha puesto al periodista en el justo lugar que correspondía a sus siembras. No hay, lamentablemente, ningún error y bastaba corroborar que lo sucedido no ha sido casualidad: solo actúa así, de este modo tan poco digno,  quien posee un criterio personal y deslavazado del concepto de la honestidad. Para mí, a partir de esa evidencia se explica toda una vida.

  Seguro que más de un colega de profesión podría ratificar ciertas maniobras que no engalanan ni dignifican precisamente el ejercicio del Periodismo español. La explotación laboral, el parasitismo aprovechándose del honrado trabajo ajeno, es solo un hilo del cual tirar para desenredar la madeja.

 Anson y sus hipócritas adláteres entienden por intelectualidad la listeza de la manipulación. Desde joven ya fue haciendo pinitos de trilero escondiendo la bolita a conveniencia, arrimado a los poderes fácticos, no los de la entonces actualidad franquista sino los del futuro, con visión de oportunismo y miras de beneficio personal, sirviendo a causas institucionales con las que posicionarse a través de sonados y no menos estudiados golpes de efecto, para acumular méritos y vivir de la fama de las influencias con apariencia de señor siendo solo un servil favorecido de sus muchos amos.

  Los méritos de Anson como periodista estriban en compensar el insulto con el halago siguiendo estrategias estudiadas para estar siempre al lado del poderoso. Otros profesionales no han llegado tan lejos por una simple y poco ventajista cuestión de reglas morales que la integridad personal tiende a sopesar. 

http://lahemerotecadelbuitre.com/piezas/franco-ordena-el-secuestro-de-una-edicion-de-abc-por-un-articulo-de-anson-en-defensa-de-la-monarquia-del-conde-de-barcelona/

  Hubo periodistas críticos que le conocieron desde que era un chaval de chirriantes disputas y sonoras broncas, actuando de cara al público consciente de que con la sobreactuación y el fingimiento estaban aseguradas las prebendas en la escalada de la montaña hacia la cúspide del triunfo. Impulso e inercia fueron los movimientos de una estrategia trilera como un Rasputín español que inició su andadura enfrentándose a una agonizante dictadura franquista, asegurándose tener cubiertas las espaldas con la irradiación monárquica de D. Juan a sabiendas de la catapulta que suponía irrumpir con protagonismos escabrosos en el panorama socio político desafiando al propio Franco. Tímidos ladridos del joven Anson que tomaron confianza depredadora con su afamado artículo La Monarquía de todos, que supuso la colocación del collar de perro de presa sobre lo que otrora fue el endeble cuello de simple can faldero.

  Una maniobra que le dio fama a Anson precisamente por la inutilidad de la intención aduladora hacia D. Juan de Borbón, Conde de Barcelona. Muy seguramente tenía tras de sí el apoyo de la resistencia contra el agonizante régimen franquista para asegurarse la inmunidad del discurso que propició, mediante el enfado del dictador y el secuestro de la edición del ABC donde publicó en "Tercera" la contrucción de su mito público que, según la privacidad de las obras vergonzosas, no deja de ser un enano provisto de artificiosos zancos para destacar de cualquier modo.

  Porque eso es lo que ha sido la vida de Anson: un paseo con zancos, arrimado al circo de los malabarismos y la esmerada escuela de la prestidigitación cuyas audacias de engaño se iniciaron con simples tretas trileras mostrando a conveniencia la pelotita, jugando con el engaño masivo de las apariencias que fueron cuarenta años de democracia muy corrupta de la que él es representativo paradigma.

  Por el camino ha habido mucho juego sucio que ha dejado cadáveres de personas íntegras, según dicen, pero sobre todo una soberbia recalcitrante que ha logrado empañar la fachada, con actuaciones poco honestas como la que denuncio siendo simple detalle de todo un trasfondo que se oculta tras la parafernalia triunfalista del académico.

  Luis María Anson creció en fama gracias a la inútil maniobra de aquel artículo que no sirvió de nada, pues preconizando un reino de D. Juan fue D. Juan Carlos el rey proclamado en España, salvo para elevarle a los altares endiosados donde ha ejercido de malabarista de la manipulación y maestro de trileros allá donde hubiese leales aprendices como Joaquín Vila, esmerado tramposo de la explotación laboral, al parecer tan carente de escrúpulos morales como para poder seguir a su mentor; ora lamiendo zapatos, ora mordiendo rabiosamente a la orden de un gesto.

  Gentes triunfantes de las miserias de una democracia que han ensalzado el vil parasitismo hasta convertirlo en verdugo de la dignidad de todo un país. Engañado por quienes se han aprovechado y vivido de lo influyente para terminar pervirtiendo la moral de España. 

  Nefastos ejemplos hemos tenido en tantos guías siendo al día de hoy tan comprensibles las consecuencias por haberlos seguido. Toda una vida de algunos al servicio de la mentira que ha acabado convirtiéndose en una pesadilla colectiva de engaños al descubierto. Puro trilerismo.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Mereces una explicación por parte de los que han provocado este mobbing. No entiendo por qué no lo hacen, justo sería. Es totalmente comprensible tu defensa.

Unknown dijo...

Somos muchos los que sabemos lo sucedido, por favor que sean conscientes. Un abrazo fuerte Ignacio de todos, recíbelo.