GUARRADA

guarrada. (De guarro1). 1. f. Porquería, suciedad, inmundicia. 2. f. Acción sucia e indecente. 3. f. coloq. Mala pasada. Real Academia Española

miércoles, 16 de diciembre de 2015

Situación crítica en El Imparcial.es



La económica no tardará en llegar con esos carroñeros modos de actuación que propicia El Imparcial.es con una conciencia deforme, por no decir inexistente. La guarrada que denuncio en este blog no es moco de pavo y coloca al periódico en un lugar de precariedad ética preocupante en el influjo de la sociedad española.

La crisis económica desmontándose el kiosko no tardará en llegar por acontecimientos sorpresivos que son los que ponen a cada uno en el lugar que corresponde. La de la ética para mí ya ha llegado y no se disimula. Putrefactos valores para profesionales sin escrúpulos. En realidad, fracasados.

Cuando haya dinero la codicia lo hará desaparecer y llegarán los conflictos por llevarse la mejor parte del pastel. Se les ve en la cara. Hay algo que se vislumbra en esas caras y es una hipocresía que les taladra las dignidades perdiendo la compostura moral por el dinero.

Ya en el año 2012 había rumores de que El Imparcial.es podría quebrar. Al paso de esas noticias salió Joaquín Vila, el hombre con cara de comic como le llama mi sobrinita,  para decir que todo iba muy bien. 

 http://www.periodistadigital.com/periodismo/internet/2012/12/13/luis-maria-anson-el-imparcial-jose-varela-ortega-maranon-joaquin-vila.shtml

Está claro que se necesita gente con cara pétrea para mentir en todo momento cuando  no quieren que se ventilen fuera los asuntos sucios del interior del periódico. Sin embargo otra faz que reflejara menos el interior del alma sería más fiable para estos menesteres y dar el pego de la falsedad. Falsedad donde El Imparcial.es se postula como verdadero maestro de la desinformación y las manipulaciones. La cuestión moral es secundaria si hay dinero del que nutrirse, no importan las guarradas que sean necesarias para seguir viviendo del cuento como pachás.

En aquel año del 2012, la plantilla estaba más amargada que ahora sin saber qué iba a pasar con los empleos. De sobra sabían que la honorabilidad tiene un precio en esos despachos y que se subasta a precio de saldo. Allí estaban todos a la expectativa de promesas incumplidas y dignidades que se diluían con estos hombres de la cultura porfiando por llevarse los grandes sueldos sin que se notara demasiado la explotación.

Para ganar dinero todo vale. Si se es explotador se fija un objetivo de antemano que es dar poco para ganar todo respecto a los empleados. No obstante la vida del ruin sostenido por la monserga del respeto social es muy cara. Así pues, algunos se montan un chiringuito de putas y otros un periódico. Son negocios.

Dependiendo de la planificación económica se habría elegido el chiringuito si hubiese salido rentable, aunque supongo que se rumiarían las consecuencias morales y al final optaron por montar el chiringuito aprovechado del tinglado cultural y esas excusas para sacarse pasta gansa.

El problema es que la empresa sin honradez crea ambientes enrarecidos y en el 2012 atufaba a crisis por mucho que la cara dura de algunos argumentara que todo estaba perfecto.

Me cuesta entender que alguien como Luis María Anson se procurara los servicios del mal encarado Joaquin Vila, pero la calidad moral es argumento decisivo, a tenor del ejemplo que da el personaje, para contar con él en todo momento. Hay favores ocultos que se pagan bien y que no conviene hablar demasiado en público. Secretos bien guardados del haber ético, o la carencia,  que encumbran a los ínclitos personajes de nuestra sociedad tan nutrida de estos nobles escaparates del honor.

Creen que nada les sacará de sus ensoberbecidas y parasitarias poltronas y muchos son los necios que se estrellan con la recogida de sus intransigencias y despotismos. No aprenden los estultos mirándose el ombligo de sus vanidades.

Apariencia, solo apariencia de altura personal. ¿Un vaticinio sobre El Imparcial.es según las honras que caracterizan a algunos?: HUNDIMIENTO.

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