GUARRADA

guarrada. (De guarro1). 1. f. Porquería, suciedad, inmundicia. 2. f. Acción sucia e indecente. 3. f. coloq. Mala pasada. Real Academia Española

jueves, 17 de diciembre de 2015

Últimos correos a Carmen de la Vega, dejando de fingir



Carmen de la Vega actuó conmigo como una manipuladora muy experta.  Procuré ser todo lo diplomático que requerían las circunstancias, porque con amable hipocresía, cuando le advertía que notaba ciertas irregularidades en el trato con mi trabajo, ya me había escrito que si no estaba satisfecho siempre podía dejar de escribir en El Imparcial e irme. Una actitud innherente al execrable Mobbing que practicaba con cinismo acostumbrado. La idea era desmotivarme y provocar mi marcha. Aguanté hasta que un día despaché la hipocresía de aquella manipuladora de emociones.

Harto de desprecios, de trabajo enviado y no aprovechado, de hipócritas amabilidades y de decir que ella estaba desmotivada, como si quisiera proyectarlo hacia mí, la traté como merecía y a la altura de las bajezas que manifestaba, dando por el ojete de sus falsedades.

La estrategia final de Carmen de la vega, fue ignorar mi columna cuando la enviaba y según el director no tocaba, o pedírmela cuando no me tocaba; cuestión que resolvía en unos minutos mandando un nuevo artículo. Una estrategia de desgaste permanente hasta que colmó mi paciencia.

En ese juego de desgaste, finalmente mandé un artículo sobre los atentados de París cuando me tocaba y coincidiendo con el lunes. Lo despreció y en su lugar pusieron otras columnas sin repercusión de actualidad... y se me desbordó la gota que esperaban del vaso de mis aguantes. Había que ser...

Al constatar estas guarradas de gentes sin escrúpulos, les recuerdo que cuando menos se lo esperen recogerán sus agrias siembras.

Como decía aquel afamado actor de malas pulgas: A LA MIERDA.

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carmen de la vega <carmendelavega@elimparcial.es>

 Mis correos FINALES  a Carmen de la Vega.

 -Ignacio Fernández Candela <portavozdjmruiz_mateos@yahoo.es>

Buenas noches, Carmen:

No se publicó una columna a propósito del 12 de Octubre el mismo día de la Hispanidad cuando nadie había escrito sobre ello. Tiempo y trabajo perdido por una decisión a capricho de alguien poco profesional, creo yo, con absoluto menosprecio hacia mi persona y trabajo. Yo no sería capaz de ciertas acciones que definen a quienes las ejercitan . Muy inteligente y honrada decisión , desde luego. 

Extraña reestructuración por parte de alguien que no actúa limpiamente. Algo cambió y no fue por mí en este tiempo desde que escribo gratuitamente para El Imparcial. 
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De Ignacio Fernández Candela
a carmen de la vega

¿Reestructurar? Cuánta inteligencia profesional a la altura de la honestidad, honradez y aseo básico y moral con el que algunos amanecen para hacer la vida menos guarra en este mundo de tantos cerdos camuflados. Profesionales inteligentes y bien intencionados incapaces de desmotivar, obstaculizar y trampear, sin justificación ninguna,  el trabajo esforzado del prójimo honrado. Eso solo lo hacen los malnacidos. En El Imparcial hay bien paridos.

Qué orgullo de profesionales, sinceros, honrados y nada oportunistas o aprovechados incapaces de juego sucio y rastrero; qué dechado de virtudes con tan honestos salarios y tan impecables valores morales que me han demostrado. Qué orgullo tratar con gente tan excelsamente sincera, pulcra y nada hipócrita que mira a la cara y que va de frente. Así da gusto entenderse con personas tan normales en un mundo de tantos mediocres y anormales retorcidos. Así da gusto, gracias.
Lunes -sustitución de mi columna- por alguien que vuelve a publicar el sábado

Natalia K. Denisova
Historiadora

Sábado

Natalia K. Denisova
Historiadora

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-Ignacio Fernández Candela

 Imagino que la "desmotivación" te impide responder al teléfono o al correo. Cuánto lo siento, siendo tú persona de tan íntegras actitudes y sinceridades comprobadas.

Si me permites una reflexión instructiva, aunque seguro que no la necesitas siendo tú como eres diría que  hay que asegurarse obrar con rectitud, porque la vida devuelve lo que se siembra. Existen enfermedades que surgen de la noche al día y llegan por rumiar en demasía las preocupaciones o acumular esas cuentas de perjuicio contra el prójimo. ¿Te imaginas que se te anunciara la existencia de un carcinoma ductal invasivo, cáncer de mama? A ti o a la subdirectora, verbigracia, que nadie está a salvo de estas amenazas cotidianas. 63.000 mujeres al año sufren el anuncio de la enfermedad. Es más, soy intuitivo y  algo me dice que la tal subdirectora es potencial víctima de un cáncer cuando menos lo espere.

¿O a tu marido diagnosticarle un cáncer de páncreas que lo matara en un mes como a mi amigo Julio?, ¿o perder a un hijo en un accidente, o acuchillado por la noche, o de una explosión en algún lugar de ocio ahora que el integrismo islámico llega a los hogares? Esas cosas pasan a los ajenos muy a menudo y rondan cada amanecer sin sospecharlo hasta que se manifiestan.  De la noche a la mañana la vida puede cambiar a cualquiera. Los confiados ven que esa vida, a veces ganada de manera muy tramposa,  da un vuelco para, repentinamente y sin dar crédito a lo que sucede, llorar  amargas lágrimas de sangre que desfiguran cualquier rostro antes sonriente. En un instante la existencia, sostenida con tantos errores morales, se transforma en una pesadilla personal y familiar. 

El cáncer de mama es horrible, Carmen. Una gran amiga mía lo ha pasado recientemente en Grado 2 Nottingham. De la pesadilla hemos encontrado la efectiva esperanza porque al intervenirla vieron que estaba encapsulado el tumor y sin afectación del ganglio centinela. De haber sido dañado,  habría pasado el infierno de extirparle todos los ganglios, incluso practicarle una mastectomía, y aplicar unas agresivas quimioterapias y radioterapias, en una lucha a vida o a muerte. Pero no fue así y el encapsulamiento convirtió una preocupación vital de nuestras vidas en una dramática anécdota. Bendita cápsula.

Algunos van por la vida sin posibilidad de ese milagro. Es como si la vida tuviera sabiduría para administrar una justicia real que no es la imperfecta humana. Y es implacable. Lo compruebo en mis 51 años de vida muy experimentados y luchados con sacrificio.

No todo el mundo tendrá la misma fortuna de encapsular su mal. Muchos sanos pero no de conciencia, se dirigen día a día envanecidos, confiados neciamente,  destrozando a las personas honradas en completa indefensión ante tanta gentuza de aparente dignidad social y profesional,  carente de mínimo escrúpulo;  pero esas guarradas, auténticas guarradas sutiles y muy dañinas para el ánimo de la víctima,  no salen gratis. El día menos pensado la tragedia muerde y algunos serán tan falsos que se dirigirán a Dios preguntando qué han hecho para merecer algo así. Lo peor de todo es que son tan ciegos que sus daños a los semejantes les pasan inadvertidos por ser de insuficientes o insanas conciencias.

Con esta reflexión que te comunico, ante todo la amistad tan sincera que has practicado conmigo este tiempo. Decirte que, por esas vicisitudes insospechadas con que sorprende la vida,  si un día descubrieras un tumor en el pecho y te diagnosticaran un carcinoma, desearía de todo corazón que estuviera encapsulado como el de Carmen. O si tienes la muerte de un ser querido, que sea con la esperanza de un mundo mejor y que ese pensamiento te resarza del dolor. Si tu marido padeciera una enfermedad mortal, pediría a Dios que te ayudara a fortalecer el espíritu comprendiendo la grandeza de esa experiencia. Porque la sinceridad no es consustancial a la falsedad en las actitudes, en cualquier caso de verte ante lo peor desearía que sonsacaras la lección práctica de las siembras y las cosechas para engrandecer tu alma.

Como el dolor que produce la humillación injustificada, que las lágrimas de la angustia purifiquen lo mejor de ti. Con toda la misma sinceridad y aprecio que tú me has brindado este tiempo y sabiendo que hay sorpresivos dramas, de tocarte vivirlos pido a Dios que te recuperes con toda motivación.

Y hecha la reflexión, vamos al asunto de la próxima columna:  que sea la de la repulsiva masacre de Francia que te envié y se rechazó por no tocarme esa semana. Con la de la Hispanidad se dio la circunstancia de que estando preparada para el día se despreció para pedirme otra a la semana siguiente porque ya estaba caduco el tema, ¡bravo por la decencia!, como si mi trabajo estuviera de saldo que lo está sin haber cobrado y encima menospreciado por algún gilipollas;  en este caso próximo-que me toca en la reestructuración solo aplicada a mí-  publicáis la mandada de Francia  porque se me quitan las puñeteras ganas de escribir otra tratando con gente tan digna de encomio, dechado de virtudes morales algo extrañas pero inequívocamente manifestadas.

Creo que D. Luis María Anson desconoce lo que se cuece en El Imparcial y cómo algunos llevan el periódico como si fuera un kiosko de favores y nepotismo. No es justo para un gran profesional y trabajador como él que tenga entre sus filas algunos elementos de dudosa honestidad, integridad y moralidad, como he podido comprobar estos últimos meses en que maldita sea la vida de quienes me la han complicado de modo tan gratuito y cobarde.

El pesebre que se ha montado al anunciar manduca para Enero apesta, apareciendo nuevos columnistas, esos sí de continuidad que habrán de justificar sus redacciones de colegio para cobrarlas-amiguitos, hijos, hijas... de padres  muy dignos, familiares, amantes y amantas por doquier ante la posibilidad de cobrar-; pero allá cada uno con su conciencia y con la ley de siembra y cosecha. Lo cierto es que durante mi vida he visto muchos de los cadáveres de mis enemigos pasar. Muchos cadáveres de imbéciles con los que me topo;  a veces cuando me importa una mierda verlos acabados y enterrados. Otras veces hecho paladas, no creas. A poco que tenga oportunidad me aseguraráré de que no se levanten. La vida da muchas vueltas.

Malditos cánceres, bendiciones en algún caso que de todo se aprende y algunos solo entienden esas lecciones para percibir una transmutación de esas malditas almas que andan por la vida dejando rastros de inmundicia en el obrar. Accidentes, enfermedades, tragedias... para advertir que ninguna mala obra queda sin consecuencias. No hay mal que por bien no venga si se cambia para mejor, y yo que lo vea.

Tú eres fantástica, así que estas reflexiones no van contigo, me apetece compartirlas, pero  todos caminamos sobre la misma Tierra y nos compete saber que este es un mundo imprevisible. Mejor estar preparados, al menos obrando con integridad y elemental decencia en las actitudes, como bien haces tú.

Un abrazo nuestro.
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Ignacio Fernández Candela 

¡Cuánto siento tu "desmotivación", Carmen,  que te obliga a enmudecer por teléfono o por correo! Te comprendo tan desmotivada y sincera  en el trato personal, eres todo un ejemplo de confianza y nobleza, de ahí que sea fácil entender lo que pasa por tu mente.

Hoy he visto a los columnistas que no están en intermitencia quincenal, semana tras semana escribiendo sus columnas en esa inteligente reestructuración llevada a cabo por nobilísimos profesionales que vetan tan sinceramente mi trabajo. Ah, qué suerte tratar con tan dignos señores nada parasitarios, nada arbitrarios, tan honrados y honestos que dan ganas de mantearlos por pura felicidad de que existan.

Lamento, como te he dicho, tus desmotivaciones. Me dan mucha pena pero siempre te puedes consolar sabiendo que perteneces a la pandilla de los favorecidos, los íntegros y honestos orquestadores de reestructuraciones inteligentes y bien intencionadas. Estoy admirado de sus rostros que les definen con tanta sencillez en la observación. Tienen todos unas caras hermosas que les transparentan el alma. Así da gusto.

Otro de esos abrazos tan sentidos, amiga... y ánimo...¡A motivarse que tú sirves para esto! Sinceramente, yo no sería capaz pero cada uno vale para lo que vale.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Nacho certero y agudo

Unknown dijo...

Buenos salarios e incentivados por los que les pertenecen a otros, más comisión cuanto más manipulación, es así cómo funciona, es repugnante
Feliz Navidad y que la cesta de la compra les aproveche a usted y a los suyos. Nacho solo se ocupó de lo que ustedes le ofrecieron con gran responsabilidad, cumpliendo con su labor durante todo este tiempo, demostrando su excelentes dotes como gran escritor que es