"Guarros son los que hacen guarradas", diría Forrest Gump. Aparentemente honorable, ¿El Imparcial.es es un antro de explotación carente de moral y decencia? Escritos 90 artículos en casi dos años, posicionados en primeros lugares sin cobrar ni un euro, me echan después de estar sometido a un sutil y despreciable mobbing. Busco ética elemental en Anson; ¿alguien digno en El Imparcial.es? Pasen y conozcan la hipócrita condición de estos explotadores y aprovechados sin conciencia.
GUARRADA
guarrada. (De guarro1). 1. f. Porquería, suciedad, inmundicia. 2. f. Acción sucia e indecente. 3. f. coloq. Mala pasada. Real Academia Española
miércoles, 16 de diciembre de 2015
La mierda que importa a El Imparcial.es la sufrida España
Después de colaborar durante dos años con mis columnas posicionadas en primeros lugares de Google al día de hoy y tratar con estos hipócritas capaces de explotar, sin ningún leve atisbo de conciencia, el trabajo honrado de un colaborador no pagado jamás, estoy indignantemente obligado a observar con vergüenza ajena el gran engaño que se esconde tras El Imparcial.es.
No hay honestidad ni se puede esperar honradez detrás de la absurda parafernalia de seriedad social que monta el circo de los abusos presidido por Anson, a tenor de tan guarras actuaciones que denuncio.
No nos engañemos con quienes obran así. España les importa dos mierdas y el mundo puede hundirse si encuentran la manera de venderlo aunque sea a pedazos. Porque cuando los hipócritas que se alaban los unos a los otros se conducen con los mismos objetivos, es seguro que la falsedad se escenifique como un teatrillo de dignidad y se convierta en el argumento de cualquier pensamiento con apariencia de altruismo o beneficio social. Se aplauden como monos, solo hay lógica de manada. Detrás está el vacío de la conciencia y el disimulo de la carestía de valores.
Cuando veo los editoriales de esta farsa periodística, la opinión de tan esmerados payasetes que se ríen de las elementales reglas de moralidad, comprendo la marcha de un país hacia el abismo. Y me asquean. Cuando contemplo las fotos de tan egregio elenco de hipocresía iluminada en pos de un mismo horizonte carroñero, el de ganar dinero mediante la explotación inmisericorde, advierto el pestazo de hombres y mujeres que hablando de la conveniencia para el país mediante sus insignes proclamas, usan como pretexto la verborrea superficial para ahondarse en las más asquerosas codicias. Chapotean en las preocupaciones generales y bucean en las ganancias personales. Eso es hipocresía y apesta cuando se reúne.
Así que si algunos de tan imparciales señores-que no todos son de esa ralea- que confluyen en las mismas deformidades del alma aconsejan algo, es menester tomarlo como advertencia para obrar justamente lo contrario.Lo que les conviene a ellos no es bueno para la mayoría. El parasitismo requiere de juego sucio y ocultamiento de lo limpio.
No pienso votar estas elecciones. No tengo deber democrático en una España engañada durante décadas. A los prebostes de El Imparcial.es les conviene que gane el Partido Popular porque esos favoritismos de poder ayudan a sostener el espejismo de la cultura por la honradez teatralizada. La Fundación Ortega Y Gasset no duraría mucho con un Podemos influyendo en propias culturas populares, pero reconozco que me satisfaría ver caer los templos de los mercaderes y que terminaran sus piedras aplastando a estos próceres de una patria desvalijada gracias a las prebendas devoradas por parásitos de la misma cuerda política.
España y los españoles importan una mierda, no hay moralidad, no hay honradez ni grandeza, de cuchufleta, que valga. Voto por el desenmascaramiento de los indeseables que dicen tanto y no dan ejemplo de nada. Pero eso sería una democracia perfecta defenestrando las cabezas pensantes de ilustres loros que repiten la consigna del alto deber, mientras esconden la mano pedigüeña que a puños se lleva el botín repartido a unos pocos indeseables.
Cuando algunos se reúnan en Navidad para celebrar los éxitos de la explotación, habrá que ambientar el salón y airear las estancias horas después porque un rastro así no lo borra ni los caros perfumes con que tapan el característico olor animal de la incoherencia moral. ¡Qué boato ni qué estupideces del mundo! Poca vergüenza es lo que hay.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Y los platos rebosantes de envidia y codicia quedaran relamidos por los comensales indigestandoseles la conciencia sucia sin vomitar despues, ésta se la quedan para siempre de mochila, cargada en sus espaldas para toda la eternidad. Ánimo Nacho, has demostrado ya y muchos lo saben, los muchos lectores que tenían todos tus artículos, es indignante que digan que no se leían, algo tienen que decir, falsos e ignorantes que se creen sus propias mentiras
Publicar un comentario